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Idéntico a su padre, rebelde con su madre: la transformación de Rocco, el hijo de Guy Ritchie y Madonna

La vida de Rocco Ritchie (Los Ángeles, 21 años) ha estado rodeada de variopintas polémicas desde antes de su nacimiento. Sus padres, la superestrella Madonna y el director de cine Guy Ritchie, vivían hasta su divorcio en el londinense barrio de Notting Hill, pero a la reina del pop las clínicas británicas no terminaban de gustarle: “Venga ya, ¿has estado en hospitales en Inglaterra? Son viejos y victorianos”, soltó Madonna en una entrevista con una radio en California poco antes de dar a luz en aquel estado. La frase sirvió para desatar un importante debate entre la opinión pública de su país de acogida en el que intervino hasta el ministro de sanidad.

Esa anécdota fue solo la primera de la larga lista de controversias que ha rodeado a Rocco. Con más o menos responsabilidad, el veinteañero hace acopio de titulares. ¿Los últimos? Este verano, cuando ha aparecido como modelo en la revista The Rake. El chaval, que podría pasar por doble de su padre, tiene porte, mandíbula y un caracolillo en el tupé que recuerda a James Dean. La estética del reportaje, evocando a los actores del Hollywood de los años cuarenta y cincuenta, no hubiera encajado nada mal en las películas de Guy Ritchie. El vestuario de títulos como Snatch. Cerdos y diamantes (2000), Sherlock Holmes (2009) o The Gentlemen: los señores de la mafia (2019) parece ser otra de las fuentes de inspiración tanto de las imágenes, como del estilo del propio Rocco en su día a día.

El primogénito del cineasta atraviesa una fase retro aunque, como buen adolescente, antes exploró otras estéticas mientras buscaba su camino en materia de estilo. Pasó por su etapa grunge, con camisas estampadas y una melena rubia a lo Kurt Cobain, para raparse en 2016 y lanzarse en brazos del streetwear. En aquella época hizo precisamente su debut como modelo y protagonizó un par de campañas de Adidas, para presentar las colecciones que Alexander Wang creó para la enseña deportiva. El diseñador reconocía entonces que Rocco tenía tablas: “Nuestra marca celebra la cultura juvenil y creo que Rocco verdaderamente lo representa. Además, tiene un increíble sentido del estilo”, declaraba en una entrevista con la revista i-D.

Rocco Ritchie en las carreras de caballos de Ascot en 2018.Agencia Getty

Si quisiera seguir el camino de la moda, tiene cerca a muchos a los que pedir consejo: su padre está involucrado en la firma Cashmere Caveman y su madre, amiga de los diseñadores Donatella Versace o Riccardo Tisci, ha sido imagen de Dolce & Gabbana, Versace y Miu Miu. Su hermana mayor por parte de madre, Lourdes Leon, puso rostro a la colaboración entre Jean-Paul Gaultier y Supreme ha aparecido en campañas de Marc Jacobs, Miu Miu o Stella McCartney y, este mes, en la portada del número de septiembre de la revista Vogue.

Rocco Ritchie paseando por Londres en 2017. Luce un abrigo que fácilmente podría haber salido del guardarropa de ‘Sherlock Holmes’ la película que dirigió su padre.Agencia Getty

Con Lourdes, comparte a otros cuatro hermanos por parte de madre: David Banda (15 años), Mercy James (15) y las gemelas Stelle y Estere (8), los cuatro adoptados en Malaui en medio, de nuevo, de numerosas polémicas. Tras el divorcio de Madonna y Guy Ritchie, este último volvió a casarse con la modelo Jacqui Ainsley; por esta parte Rocco cuenta con tres hermanos más: Rafael (9 años), Rivka (8) y Levi (7).

Rocco actualmente vive en Londres con su padre y estudia arte en la prestigiosa Central Saint Martins, escuela de la que salieron creativos como John Galliano, Alexander McQueen o Christopher Kane. En su tiempo libre se codea con otros retoños de celebridades como Brooklyn Beckham, hijo de David y Victoria, y se le ha relacionado sentimentalmente con la dj Kim Turnbull y con la cantante Chantelle Lee. Las estrellas han orbitado en torno a él desde la cuna. A su bautizo, que se celebró en Escocia el día previo a la boda de sus progenitores, acudieron las actrices Gwyneth Paltrow y Debi Mazar, la diseñadora Stella McCartney o el músico Sting, que fue el encargado de presentar a Ritchie y Madonna en una cena en 1998.

Madonna y Guy Ritchie, con Lourdes María y Rocco en 2004.REUTERS

Tras la separación de sus padres en 2008, Rocco se dedicó a seguir a su madre en sus giras por el mundo, poniéndose al día con sus estudios con un tutor. En 2009 saltó al escenario en un concierto en Tel Aviv y se marcó unos pasos de break dance que volvió a repetir en varias giras posteriores. Con 12 años apareció en el programa de Ellen DeGeneres contando que su madre era severa: “Es una buena madre, sí. Es muy estricta, pero en el buen sentido”, decía ante la atenta mirada de Madonna. La diva escribía un ensayo en la revista Harper’s Bazaar en 2013 en el que hacía mención a su papel como educadora: “Aquí estoy, divorciada y viviendo en Nueva York. He sido bendecida con cuatro hijos fantásticos. Intento enseñarles a pensar por sí mismos. A ser atrevidos. A elegir hacer las cosas porque sean las correctas, no porque sea lo que estén haciendo los demás”.

Esa rigurosidad junto a, dicen las malas lenguas, el que Madonna viviera demasiado enfrascada en su trabajo, hicieron que en 2015 Rocco pidiera irse a vivir a Londres con su padre. Aquello desencadenó una cruenta batalla legal, que se solucionó tras varios meses de litigio, con Rocco trasladándose definitivamente a la capital. Unos meses después, con 16 años, le detenían por posesión de marihuana y pasaba varios meses trabajando como repartidor. Por esa época el enfado con su madre fue tan sonoro que en 2016 la bloqueó en Instagram y terminó borrándose la cuenta en la red social a la que, cinco años después, aún no ha regresado. Donde sí ha vuelto es al regazo de Madonna. Desde hace tiempo la cantante le visita frecuentemente en Londres y él no duda en acudir a su llamada. La última fue el pasado 16 de agosto, cuando la intérprete de Vogue, sus seis hijos y su novio, el bailarín Ahlamalik Williams de 27 años, se reunieron en Puglia para celebrar el 63 cumpleaños de la diva. Familia feliz, al fin y al cabo.


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