Lo que menos necesitaba la Real en su complicada tesitura era un árbitro como Iglesias Villanueva. Su actuación fue sibilina desde el inicio del partido, pero es que al final fue injusta con una Real a la que terminó sentenciando, junto al Betis, por un penalti no pitado por manos de Álex Moreno, tras un cabezazo de Aritz Elustondo. Era el minuto 90, el resultado era de 0-1 y con el 1-1 seguramente no se habría producido la jugada del 0-2, con todo el equipo volcado en un córner a favor. Con ocho bajas, una fatiga ya evidente en los jugadores y la ansiedad por perder la semana pasada ante el Valladolid, el árbitro echó una mano, pero al cuello.
Esa jugada determinante, en todo caso, es claramente de VAR, ocupado por Medié Jiménez. Aritz cabecea un córner botado por Brais y el balón golpea en el brazo de Álex Moreno, que está de espaldas y no ve el cuero, pero que tiene su extremidad extendida desde el codo en una posición antinatural y ocupando un espacio añadido al de su propio cuerpo.
Otro posible penalti de Sabaly
Ya en el minuto 12, hubo otra acción polémica, ya que un disparo de Carlos Fernández también fue repelido por la mano de Sabaly. La jugada es similar porque el brazo está extendido. El arbitraje fue tendencioso desde el principio, con la señalización de unas faltas muy extrañas en contra de la Real, acciones de fútbol. Ya se cubrió de gloria el colegiado robando a los txuri urdin un saque de esquina en esa jugada en la que el chut de Carlos Fernández pegó en un bético antes de toparse con el poste. También evitó una contra de la Real señalando saque de banda en un esférico que peleó Rico y que no rebasó la línea.
Entradón pese a la hora
El partido era a las 21 horas de un domingo incrustado en medio de un puente, pero acudieron 32.435 personas al Estadio de Anoeta, un entradón, sin duda.