Hubo barro y bronca, más rauxa que seny, y el cabeza de lista del PSC centró los ataques de todos. El “todos contra Illa” de las últimas horas de la campaña tuvo su reedición en el debate electoral de este jueves por la noche en La Sexta, el último antes de la cita con las urnas y el más bronco, marcado por los choques y las descalificaciones entre los candidatos.
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La estrategia quedó clara nada más empezar, cuando la candidata de Junts per Catalunya, Laura Borràs, el de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, y el del PP, Alejandro Fernández, reclamaron al socialista que se pusiera la mascarilla por haber rechazado hacerse la prueba de la covid-19. La polémica por el test de Illa había ocupado la campaña desde que el socialista declinó someterse a la prueba en el anterior debate electoral, el de TV3, y la derecha y los independentistas infundieron sospechas sin pruebas de que se había vacunado irregularmente. El exministro de Sanidad se revolvió desde el primer minuto: “Contra Illa vale todo, incluso la calumnia. Claro que no me he vacunado. Espero que se disculpen ante los catalanes”.
El debate, minuto a minuto
Un pacto contra Illa y contra ERC
Videoanálisis | El veto independentista al PSC añade incertidumbre a las encuestas en Cataluña
La tensión fue in crescendo en el primer bloque, que acabó como una jaula de grillos, con discusiones que tuvo que frenar la periodista que moderaba, Ana Pastor. Volaron las acusaciones de “fascistas” y “terroristas”, y las intervenciones del aspirante de la extrema derecha, que insistió en su discurso de criminalizar a la inmigración y en cargar contra la supuesta “islamización” de Cataluña terminaron varias veces a gritos con los demás.
Los partidos trataron de desgastar al candidato socialista con el revuelo de la prueba de la covid-19 en los primeros minutos, explotando la polémica al máximo. “Ha dado positivo en el test de irresponsabilidad y negativo en el de la ejemplaridad”, reprochó Borrás a Illa. Aragonés llegó a decir que Illa le recordaba a “Donald Trump”, y Alejandro Fernández acusó al socialista de “falta de ejemplaridad y de compañerismo” con todos los demás por evitar el test. “La ejemplaridad es rechazar privilegios y sobreactuaciones. ¿Por qué no se hizo un test en TVE?”, contestó Illa molesto aludiendo al primer debate electoral, en el que nadie se hizo la prueba. El Ministerio de Sanidad certificó ayer que el candidato socialista no ha recibido la vacuna de la covid. Los ataques dieron el protagonismo del debate al candidato del PSC, que tenía recurrentemente la palabra porque era todo el rato aludido por el resto. Illa mantuvo el tono tranquilo que acostumbra a pesar de la tensión.
Difícil suma
La discusión certificó la difícil suma para un Gobierno tras el 14 de febrero: los vetos cruzados se volvieron a hacer patentes. Los independentistas se reafirmaron en que solo pactarán entre ellos y que no lo harán en ningún caso con el PSC, como pusieron por escrito en un compromiso revelado ayer que Illa calificó como “la nueva foto de Colón”. “La foto de Colón es usted en la manifestación de Sociedad Civil Catalana”, le contestó Aragonès, con quien el socialista mantuvo varios choques, de presidenciable a presidenciable. El candidato de ERC fue contundente en descartar cualquier pacto con el PSC, a pesar de que la derecha y Junts Per Catalunya acusan a ambos partidos de tener un acuerdo oculto. “No aceptaremos los votos ni afirmativos ni la abstención del PSC. Y votaremos que no a la investidura de Illa”, zanjó Aragonés. Jéssica Albiach, de En Comú Podem, restó importancia al manifiesto de los independentistas, describiéndolo como “una tomadura de pelo”. Y Carlos Carrizosa, de Ciudadanos, se quedó solo defendiendo el acuerdo entre constitucionalistas.
Los candidatos buscaron el cuerpo a cuerpo: destacaron los choques entre el PP y Vox, entre ERC y el PSC y entre los socios independentistas. Laura Borràs, la otra aspirante que según las encuestas compite junto con Illa y Aragonés por la primera plaza, se enzarzó con Aragonés y con Àngels Chacon, del PDeCAT, que aspira a arrebatarle votos. La candidata de Junts eludió responder a la pregunta de si impulsará una nueva declaración unilateral de independencia si llega a la presidencia. Ese interrogante, dijo, era demasiado “complejo” para responderlo en el debate. La CUP apuntó que no reclamaría otra DUI [declaración unilateral de independencia] para una investidura. Y tras dos horas de acusaciones, reproches y pocas propuestas, los candidatos se pusieron otra vez la mascarilla y se marcharon a casa.
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