Imanol ya tenía a la afición de la Real metida en el bolsillo por su fantástica labor en el banquillo, su personalidad demoledora y su amor a los colores; pero con sus proclamas de aficionado en la rueda de prensa posterior a la final terminó por conquistar a los corazones más remolones.
¿Sigue en una nube o tiene perfectamente dibujado en su cabeza cómo sucedió todo?
Soy muy consciente de todo lo que ha pasado. Han sido dos semanas muy especiales, con los mensajes de todos los aficionados. Casualidades de la vida: hace 36 años, un 17 de marzo, murió mi ama, cuando yo tenía 15 años. Esta semana pasada es la peor en mi vida y mira por dónde, con esta alegría que me ha dado la Real Sociedad, ahora voy a tener motivos para llorar tanto de tristeza como de alegría. Y eso por la Real.
¿Han sido días intensos?
Sí, porque además, esta semana ha muerto también un tío mío por covid. Pero estaba muy centrado en el partido. Nos ha venido bien que algunos internacionales no estuvieran porque hemos estado preparando la final con jugadores del filial. Todo ha salido perfecto. En ese sentido, estoy muy, muy contento y muy satisfecho. Los jugadores se lo merecían, vienen realizando un gran trabajo este último año y medio. La Copa del año pasado fue bestial. Y la hemos ganado, sin llegar a la prórroga, sin penaltis.
¿De quién fue el primero del que se acordó al ser campeones?
De mi mujer y de mis dos hijos. Lo he llevado tranquilo, aunque por dentro… Llego a casa todos los días a las ocho y media o nueve de la noche, mi cabeza sigue estando en Zubieta, sigo con la mascarilla puesta en casa. Son los que me han sufrido y esto va por ellos. También va por mis tíos, mis primos y mis sobrinos. El viernes me hicieron un vídeo y salí llorando de Zubieta entre el vídeo y el recibimiento. También me acuerdo de los aficionados, que son el motor. Y también esto es por vosotros, por cómo me tratáis. Me siento muy agradecido.
Lasarte lanzó aquello de ‘No se desunan’ e Imanol se arrancó con el ‘Erreala alé, irabazi arte…’. ¿Cómo fue ese momento?
Es lo que salió en el momento. Toda Gipuzkoa se lo merecía, no sólo los socios, también esos aficionados que lloran cuando la Real pierde. Me salió del corazón.
¿Con qué imagen se queda de lo sucedido después del partido en el césped?
Mis primeros abrazos fueron con los miembros del staff. Les quise dejar al margen a los jugadores, porque entiendo que es su momento. Son los artífices, los artistas, los que han conseguido esto. El triunfo era para ellos y lo han disfrutado.
¿Y cuando entró en el vestuario? ¿Cuál era la fotografía?
No pude estar con el grupo. Ya habrá tiempo de celebrarlo y de tocar el bombo como se merece. El sábado no se pudo con la celebración en el campo y las ruedas de prensa.
En el segundo tiempo cambió todo ¿En el descanso qué mensaje les lanzó?
Sabíamos que teníamos que seguir insistiendo. Aunque no estábamos generando grandes ocasiones y no estaba siendo un partido brillante, sabíamos que iba a ser así. Aparte, con el temporal que cayó al principio, no era fácil. Pero el equipo se sentía cómodo. Y en el descanso, reforzamos la idea, retocando algunos matices. Éramos conscientes de que íbamos a ser capaces. Salimos como siempre, valientes, atrevidos y a por la victoria.
¿Cómo convenció a todos de que se podía ganar la Copa, la competición maldita 30 años?
Es que para mí un partido amistoso de la Real es un partido grande. Imagínate si es oficial. Lo único que les he hecho ver a los jugadores es que cualquier partido vistiendo esta camiseta tiene que ser grande. Y es lo que hemos hecho: afrontar así todos los partidos, incluidos los amistosos y los de Copa.
¿Cree que es el principio de algo más importante?
Esperemos. Ésa es la ilusión de todos. Vosotros sabéis mejor que yo lo que cuesta darle continuidad. El equipo es joven está creciendo, está madurando, pero cuesta una barbaridad mantener esto, con esta regularidad y ser competitivos siempre. Éste es el camino, ésta va a ser la idea y por esfuerzo no va a ser.
¿Hay Imanol para rato? ¿No se estará cansando?
Cuando me hice cargo del primer equipo y cuando renové, fue con todas las consecuencias. Cuando vengan mal dadas, que vendrán, yo me voy a agarrar al timón. Si este barco se hunde, será con Imanol agarrado al timón. Eso lo tengo clarísimo. Tengo dos años, espero cumplirlos y dar más alegrías a la afición
Source link