"Imanol me aprieta mucho y eso me gusta"

"Imanol me aprieta mucho y eso me gusta"

Beñat Turrientes (Beasain, 2002) fue inscrito en LaLiga como jugador del primer equipo ayer, minutos antes de charlar con MD. Quizá por eso no podía borrar la sonrisa de su cara (habitual en él por otra parte) y tenía cierto brillo en los ojos, recordando a su progenitor, fallecido, que siempre le alentó y también se ilusionaba con este momento. Con tantos partidos y una nómina de medios no demasiado elevada, es su temporada. Y lo asume con naturalidad.

Beñat Turrientes, jugador del primer equipo de la Real. Por fin se puede decir, ¿cómo le suena?

Muy bien. Estoy muy contento. Desde que entré con 11 años en Zubieta soñaba con este día, con que te den el dorsal del primer equipo, con debutar. Agradezco al club por haber confiado tanto en mí estos años, me han tratado superbien. Y a la familia. A por todas.

¿Esto fue lo que siempre quiso?

Sin duda. Entré a Zubieta en infantiles, he ido pasando categorías rodeado de amigos que se han ido quedando la mayoría, con el objetivo de llegar aquí y asentarme. Ahora toca disfrutar. Pero lo más difícil no es llegar, es mantenerse.

Justo hoy le han inscrito en el primer equipo, ¿qué le parece?

No sabía nada. Los amigos del pueblo me han mandado un mensaje diciéndome que me han inscrito con dorsal del primer equipo. Muy contento. Ésa era la idea. Olabe nos comunicó a Robert Navarro y a mí que confiaban en nosotros y ahora, a demostrar en el campo.

¿En algún momento les han dicho que podían echarse atrás para dejar la ficha a otro refuerzo?

No, qué va. El plan era llevar el dorsal del primer equipo desde el primer día y no ha cambiado, aunque el mercado esté abierto.

¿Y ahora qué? ¿Qué espera?

Estoy con muchísimas ganas. Vemos que la Real está creciendo año a año como equipo. Estamos en tres competiciones para competir al máximo. Tenemos un equipo fantástico y va a ser un año de aprendizaje.

Hay un lugar más en el ‘once’ con la imposición del rombo, ¿se ve con más opciones ahí?

Con el cambio del 4-3-3 al 4-4-2 con rombo, los del medio tocamos más balón y tenemos más posesión. Entrenar y jugar al lado de centrocampistas como Silva o Merino es una gozada, aprendo todos los días. Y sí, como jugamos con un medio más, hay más opciones de jugar.

Sólo han fichado a un medio, Brais, ¿lo considera como una muestra de confianza?

Los fichajes que han hecho son más de ataque y ahí se ve que confían en nosotros.

¿Cómo es Beñat Turrientes?

Soy una persona muy normal. Soy de Beasain, de pueblo y llevo aquí un montón de años. Soy una persona muy alegre, estoy siempre sonriendo. Y tengo muchas ganas de empezar esta aventura con el primer equipo.

¿Qué va a aportar a esta medular con tanto talento?

Lo primero que debo hacer es aprender de ellos, de cada consejo que me den, imitar sus acciones. Aportaré lo mío en defensa y en ataque. El míster me aprieta mucho en el aspecto defensivo, me dice que para estar en la élite hay que estar bien en todo. Quiero hacer mejores a mis compañeros y que ellos me hagan mejores a mí.

¿Cuál es su fuerte?

Mi fuerte son los pases largos y el disparo a puerta, aunque no meto muchos goles. Lo intento bastante.

¿Le gusta mandar?

En medio es obligatorio mandar y estar todo el partido hablando. Hasta ahora he sido un jugador muy bueno con todos; pero Imanol y Xabi Alonso me decían que debía hablar más con los compañeros, que tenía que coger galones. Sí, soy bueno, pero estoy cambiando, intento ser más agresivo, ir más fuerte a los duelos.

¿Cuál es su posición favorita?

La de interior izquierdo. Me gusta más ese puesto, pero he jugado de ‘4’, de ‘8’ y de mediapunta y las ganas y la motivación son las mismas. No me las quita nadie.

¿Qué supone jugar al lado de una leyenda como Silva?

Jugar con Silva es un sueño hecho realidad. Le he visto ganar Eurocopas y un Mundial por la tele y de repente poder hablar con él, entrenar con él y que me dé consejos es algo muy bonito. Aprendo con él desde el primer día. Me da muchos consejos, igual que Illarra y Merino. Nos tratan superbien a los que subimos.

¿Imanol le aprieta?

Sí, desde el primer día. Y eso me gusta. No  deja que te relajes. Estando al 100% en cada entrenamiento ves dónde está tu límite. Imanol me aprieta y se lo agradezco.

¿En qué le insiste más?

En el aspecto defensivo. Que vaya fuerte a los duelos, que vaya al choque sin miedo.

¿Bronca le ha caído alguna?

Sí, sí. Siempre caen. Pero no lo hace con malicia. Es para que estés enchufado y lo hagas bien a la siguiente. A mí me gusta.

¿Cómo llegó a Zubieta al inicio?

Yo estaba en alevines en el Beasain, jugaba allí la Liga, pero venía los miércoles a entrenar con la Real. No había equipo, eran sólo entrenamientos y torneos. Y una noche llamaron a mis padres diciendo que me fichaba la Real. Lo recuerdo perfectamente. No dejaba de llorar.

¿Y su primer día en Zubieta?

Tenía 11 años. Era otro mundo. Estaba acostumbrado a estar en el Beasain con mis amigos de toda la vida y llegar aquí con diferentes futbolistas de Donostia, de todos los pueblos de Gipuzkoa y de Iparralde fue un cambio, pero estuvo muy bien. Los de mi generación son personas magníficas. He aprendido un montón. Gracias a ellos también estoy aquí.

¿Quién fue su primer entrenador?

Jon Aztiria. Era como Imanol, muy exigente, gritando. Con Gajate de segundo.

¿Ha venido el Athletic a por Turrientes alguna vez?

Sí. El representante me ha dicho alguna vez que han preguntado por mí, pero de verdad que no estaba interesado en nada más que en la Real. Gente como Luki (Iriarte) y Olabe me han dado la confianza y me han tratado superbien desde el primer día. Siempre he sido de la Real.

¿Es ‘realzale’ de cuna?

Sí, siempre fuimos mi aita y yo del Beasain y de la Real. Es verdad que, antes de venir, hubo una época en la que me gustaba el Barça de Messi. Pero mi equipo es la Real.

¿Quién se lo inculcó?

El aita, claro. Él fue jugador del Beasain y era primero del Beasain, pero también muy de la Real. Me traía a Anoeta a ver los partidos y siempre me decía que iba a Atotxa a animar también. Me da mucha pena que no disfrute este momento conmigo. Él me inculcó el fútbol y la Real, jugaba desde muy pequeño con él en el parque y era el que más ilusión tenía de verme jugando en Anoeta. Pero seguro que, allá donde esté, me está viendo y está muy orgulloso.

¿Qué entrenadores le han influido más en su crecimiento?

He tenido muchos. Aprendí un montón de Xabi Alonso en sus dos años en el Sanse. Fue un jugador top mundial jugando de mediocentro, que es mi posición, y es quien más consejos me ha dado a la hora de hacer pases largos, de estar orientado en el medio… Imanol es el que más me ha apretado y me ayuda un montón. Estoy muy agradecido.

¿Cuál ha sido su día más feliz en la Real?

El del debut como titular ante el Elche, en Liga y con Anoeta lleno. Era el sueño que tenía cuando llegué aquí. Hice 80 minutos muy, muy buenos, me encontré superbien, a gusto, de lo mejor que he jugado. Estaba reventado, pero ganar y la ovación que me llevé fue inolvidable.

¿Y ahora con qué sueña?

Con ser jugador de la Real y hacer un buen año. Y disfrutar los años que me quedan aquí. Quiero crecer como jugador y como persona.

El sábado, el Atlético y el jueves, Old Trafford…

La Real ha demostrado estos años que puede competir en LaLiga contra los mejores y en Europa. Para mí jugar contra estos equipos es un sueño hecho realidad y viajar a esos campos históricos.

Tiene contrato hasta 2027, ¿le da tranquilidad?

Sí, he renovado este año. Han confiado en mí y han apostado por mí. No tengo ninguna idea de salir. A aprovechar al máximo cada oportunidad.

¿Qué le dicen sus colegas de Beasain?

Mis colegas son los mejores. Siempre están ahí para ayudarme. Me animan en los momentos difíciles. Cuando hago partidos buenos, siempre me felicitan, aunque hay algún cabrón que siempre me dice algo (risas).

¿Ya le han puesto algún mote en el vestuario?

Elus me llama ‘Iturraspi’. Pero me llaman ‘Turri’ o Beñat. El ambiente es buenísimo.

¿Vive aquí en Donostia?

Sí, este año me he cogido un piso de alquiler para ver lo que es vivir solo. Venía todos los días de Beasain, algunos días dos veces y por ahora estoy a gusto. Echo de menos a veces el pueblo y la cuadrilla.




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