El impredecible desenlace de Liga que se avecina esconde multitud de secretos. Nunca se ha dado un tramo final de Liga con un contexto similar al actual, por lo que descubrir el santo grial es todo un desafío para cualquiera cuando no se ha disputado todavía la primera de las 11 jornadas restantes para la conclusión del campeonato. Cada partido irá ofreciendo pistas sobre cuál es el quid de las victorias. La Real, en este punto de incertidumbre, cuenta con la ventaja de que su entrenador, Imanol Alguacil, vivió hace dos años una situación de comparables urgencias, cuando se sentó en el banquillo a falta de nueve encuentros para que finalizara la Liga 2017/2018.
Los partidos no serán iguales que hace dos años por las normas impuestas tras la pandemia. Imanol, en cambio, es el mismo. Su primera andadura en la Real se resume en la obtención del 60% de los puntos, 16 de 27 posibles, con cinco victorias y un empate en nueve encuentros. Una Real que marcó 15 goles y encajó 7 en mes y medio, del 1 de abril al 20 de mayo de 2018. Es, aproximadamente, el tiempo en que esta peculiar Liga cerrará el telón, a la carrera.
La recta final de aquella experiencia puede servir para que Imanol encuentre las claves de toda la vorágine que se le viene encima a la Real. Nadie regala un gramo de entrega a estas alturas de la novela. Aquella Real de la 2017/2018 estuvo a la altura de ese espíritu que predomina cuando se trata de rematar el curso.
Si la Real se hace respetar en Anoeta a partir del domingo contra Osasuna, tendrá buena parte del terreno conquistado. Hace dos años, con Imanol, los txuri urdin no cedieron un solo punto en su campo. En todas sus actuaciones en casa marcaron un mínimo de tres goles. Exhibiciones contra Girona (5-0) y Atlético de Madrid (3-0), apasionante triunfo en el derbi al Athletic (3-1) y despedida por todo lo alto para Xabi
Prieto y Carlos
Martínez contra el Leganés (3-2). A la Real le quedan pendientes ahora las visitas a Anoeta de Osasuna, Real Madrid, Celta, Espanyol, Granada y Sevilla.
Fuertes atrás, hasta Málaga
Imanol
Alguacil fue elegido por la dirección deportiva y el presidente Aperribay para reemplazar a Eusebio, cuyo crédito se fue agotando entre otras razones porque la defensa era un coladero. Los primeros cuatro partidos con el oriotarra se resolvieron en un registro antagónico, puesto que la Real no encajó un solo gol. Hasta que la visita a Málaga contra un equipo descendido (2-0) fue el naufragio definitivo de una temporada vulgar en líneas generales. La Real se fue de La Rosaleda sin cometer una sola falta.
El cuadro txuri urdin acomete cinco desplazamientos de aquí al final de la Liga, contra Alavés, Getafe, Levante, Villarreal y Atlético de Madrid sucesivamente. Emular la renta de cuatro puntos en cinco viajes de la 17/18, unida a un rendimiento positivo en casa acercaría al equipo a Europa.
Las herramientas que Imanol tuvo a su disposición hace dos años no son las mismas que ahora. Sólo quedan Llorente, Oyarzabal y Willian
José como elementos de primer orden.
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