Los focos en el mundo del fútbol apuntan a los futbolistas casi siempre sin excepción. Januzaj o Isak, al fabricar el gol que le dio el quinto puesto a la Real en El Sadar, o Karrikaburu, con la fantástica maniobra en el área que supuso el ascenso del Sanse, fueron los grandes protagonistas de los partidos del pasado fin de semana en clave txuri urdin. Detrás de todos ellos, sin embargo, están los arquitectos de la obra, Imanol
Alguacil y Xabi
Alonso. Dos entrenadores que, a diferencia de lo que suele ser habitual, concitan un elevado porcentaje de unanimidad respecto al peso que han tenido en el éxito de la Real, como club, en la campaña que acaba de finalizar. Sus dos equipos han sido de autor.
Alguacil y Alonso no están cortados, ni mucho menos, por el mismo patrón. Ambos encajan dentro de la idea de juego global que se ha impuesto en la Real de unos años a esta parte, pero nadie que haya visto comportarse a sus equipos, además de por la diferencia de categoría en la que han competido, rebatirá que el oriotarra y el tolosarra, dentro de compartir algunos aspectos comunes, han contribuido con matices de su ideario particular al juego de sus equipos. Más pasional y enérgico Imanol, algo más cerebral Xabi, aunque con esa fuerte personalidad que ya tenía de futbolista, ambos han exhibido suficiente riqueza táctica en sus pizarras dentro de un patrón muy irtenvencionista en sus equipos. Pocas cosas han quedado al albur de la improvisación en una y otra escuadra a lo largo de la competición. Pero en lo que más han coincidido Real y Sanse ha sido en el éxito que han tenido al final del campeonato. Dos modelos, el de Imanol y el de Xabi, para un solo éxito, el de la Real.
Xabi
Alonso acaba de cumplir su segundo año como entrenador del filial txuri urdin, al que llegó en verano de 2019. Con su aterrizaje en la Real, más allá del indudable prestigio del que dotaba al club con su llegada, fue inevitable ver una suerte de maniobra en clave de futuro, una especie de plan B por lo que pudiera pasar con Imanol, que entonces se disponía a arrancar su primera campaña desde el principio al frente del equipo. El movimiento, fuese la que fuese la intención de Aperribay y Olabe al reclutar a Xabi, no ha podido tener un efecto más fortalecedor en las estructuras de la entidad de Anoeta.
Dos temporadas históricas
El primer equipo, de la mano de Imanol
Alguacil, ha firmado dos de las mejores temporadas de su historia clasificándose de forma consecutiva para Europa. Ha vuelto a ser campeón 34 años después y, con 16 canteranos en la plantilla, la mano del entrenador oriotarra en la obra, con el equipo comportándose a imagen y semejanza de su técnico, es más palpable que nunca. El Sanse, paralelamente, ha recorrido un camino de progresión de dos años que ha culminado con el ascenso a Segunda División, lo que provocará que la Real sea la próxima temporada la única estructura del fútbol profesional que vaya a tener un equipo en Primera y Segunda División. Un rotundo éxito. En estas dos temporadas, además, cinco jugadores del Sanse (Nais
Djouahra, Urko
González
de
Zárate, Aranbarri, Pachecho y Robert
Navarro) han debutado con el primer equipo, el auténtico fundamento del club al margen de los resultados.
Imanol
Alguacil renovó su contrato como entrenador de la Real hasta junio de 2023 en diciembre del año pasado. Xabi
Alonso, aunque se ha visto envuelto en más de un rumor que le ubicaba en equipos de Bundesliga e incluso en el Real Madrid, hizo lo propio con el suyo como técnico del Sanse hasta 2022. La Real gestiona con equilibrio, de esta manera, la presencia de dos entrenadores top al frente de sus dos principales equipos, a la vez que presume de dos profesionales que, paralelamente, le aseguran al club su línea argumental a corto y medio plazo. Si todo sigue así, tienen entrenadores para rato.
Es absurdo negar que para Imanol la sombra de Xabi
Alonso es alargada ya que siempre habrá quien piense que la aspiración final del tolosarra es entrenar al primer equipo. Y quizás la de la cúpula rectora del club. Los técnicos, sin embargo, desmienten esa teoría de la confabulación con profesionalidad admirable y logrando resultados. Uno, Imanol, llevando a la Real a las mayores cotas de éxito y ambición de las dos últimas décadas, lo que le convierte en una figura innegociable en este momento al frente del equipo. Y el otro, Xabi, representando su rol de perfil más bajo, como el último técnico, el más importante, de toda la cadena formativa de la Real.
