Draymond Green fue el protagonista de la noche por lanzar un insulto a James Wiseman en una jugada defensiva de los Golden State Warriors, que cayeron por 104-119 ante los New York Knicks. A falta de un minuto para el descanso, Green acumuló su segunda técnica del partido y se marchó muy caliente al vestuario.
El motivo, según explicaron los árbitros tras el encuentro, fue que el jugador había gritado un insulto durante una jugada. La interpretación del colegiado que le expulsó fue que “la ordinariez” que lanzó el interior de los Warriors iba dirigida hacia él.
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A pesar de la incredulidad y las explicaciones de Green, Steve Kerr y Stephen Curry, los árbitros decidieron mantener su decisión en un acto que llevó a varios aficionados a calificarles de payasos. El grito, en principio, iba para el novato Wiseman.
Lo cierto es que, aunque casi nunca se aplica a rajatabla, la normativa de la competición explicita que cualquier insulto en la pista proferido delante de un colegiado es falta técnica automática, sin importar a quién vaya dirigido el insulto.
Green, a pesar de las quejas, acabó en el vestuario y vio desde allí la derrota de su equipo, que le necesita más que nunca.
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