Vanesa
Gimbert
fue suplente el pasado domingo en el encuentro que disputaron Atlético de Madrid y Athletic. La habitual defensa central del conjunto bilbaíno se pasó todo el encuentro en el banquillo. No mediaba, por cierto, ni lesión ni problema físico alguno.
Villacampa
optó por relegar a la hasta no hace mucho insustituible jugadora rojiblanca a la suplencia en la visita al campo de las vigentes campeonas de Liga. Ya había hecho meses antes algo similar con Ainhoa Tirapu
. También Eunate
, otra de las normalmente habituales en las alineaciones del Athletic, ha empezado a pasar por el banquillo. El relevo generacional, a modo y manera de lo que sucede en el primer equipo masculino, está en marcha. La baja de
Erika
en Madrid, por cierto, sí respondió a problemas físicos.
La suplencia de Vanesa Gimbert, por volver al origen de esta reflexión, es algo más que una simple o no tan simple noticia. A la sobria y veterana futbolista rojiblanca le premiaron el pasado miércoles en Onda Cero Bilbao por no haberse perdido minuto alguno de competición la pasada campaña. Distinción que también le podían haber dado un año antes, porque también completó toda la temporada. Nuevo reto a la vista, por tanto, para la incombustible y eficaz jugadora del Athletic.
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