Trasiego de carbón en el río Mahakam (Indonesia), en una imagen de archivo.Willy Kurniawan (Reuters)
El Gobierno de Indonesia, el mayor exportador de carbón para uso energético del mundo, ha prohibido este sábado las exportaciones de este mineral por miedo a no poder abastecer el mercado interno para la generación de electricidad. Al menos hasta finales de enero, las mineras del gigante asiático tendrán que dedicar toda su producción a garantizar que hay suficiente carbón para alimentar las plantas térmicas que aportan más del 60% de la electricidad que consume la cuarta nación más poblada del mundo y una de las 10 mayores emisoras de gases de efecto invernadero. El Ejecutivo indonesio, no obstante, ha abierto la puerta a revisar la medida en los próximos días en función de cómo evolucione la situación.
“¿Por qué se prohíben todas las exportaciones? Es algo que va más allá de nosotros: si no lo hiciéramos, tendríamos que apagar casi 20 centrales eléctricas”, ha expuesto en un comunicado el director general de minerales y carbón del Ministerio de Energía, Ridwan Jamaludin, que ha aludido a la merma de las reservas en el tramo final del año recién terminado. “De no tomar decisiones estratégicas, podría producirse un gran apagón”, ha alertado. La reciente aceleración pospandemia de la economía indonesia ha llevado a un mayor consumo de electricidad —y, por tanto, también de carbón— de lo inicialmente previsto.
Presión sobre los precios en todo el mundo
El movimiento llega en plena tormenta crisis energética global, tras una escalada sin precedentes del gas natural que ha dado una segunda vida al carbón, su principal alternativa como respaldo para la generación de electricidad y por mucho la fuente de energía más contaminante. Ahmad Zuhdi Dwi Kusuma, analista del banco indonesio Mandiri especializado en energía, cree que el veto exportador presionará al alza el precio del carbón en todo el mundo.
El peso de este mineral en la matriz energética es especialmente importante en los grandes países emergentes, como Indonesia y —muy especialmente— China, cuyas importaciones batieron un récord histórico en noviembre. Erradicar o, al menos, aminorar la importancia de este mineral en la generación de electricidad es una de las principales prioridades en la lucha contra el calentamiento global.
El gigante asiático exportó 400 millones de toneladas de carbón térmico en 2020 y tiene como principales clientes a las otras cuatro grandes potencias económicas regionales —China, India, Japón y Corea del Sur—, que ahora tendrán que mirar a otros grandes proveedores, como Rusia, Australia o Mongolia, para garantizarse el suministro. Solo en el mes de enero de un ejercicio al uso, las ventas de carbón indonesio al extranjero rondan los 30 millones de toneladas.
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La patronal nacional del sector criticó la orden por el quebradero de cabeza que supone para las empresas suministradoras del mineral, que ya tienen firmados contratos de exportación para las próximas semanas y meses. La ley indonesia ya obligaba a que la cuarta parte de la producción interna de carbón vaya a parar al monopolio eléctrico estatal Perusahaan Listrik Negara a un precio máximo de 70 dólares por tonelada, notablemente por debajo de los actuales valores de mercado. En agosto del año pasado, Indonesia ya suspendió las exportaciones de carbón de 34 mineras nacionales que no habían cumplido sus obligaciones de provisión interna en los siete primeros meses de 2021.
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