ING deja de ser el banco sin comisiones


La prolongación del entorno actual de tipos cero del Banco Central Europeo (BCE) durante más tiempo de lo previsto debido a la crisis del Covid-19 está haciendo mella en los balances ya mermados de los bancos. La gran banca ya ha hecho movimientos en el último año para endurecer sus condiciones en las cuentas gratuitas y subir comisiones. ING se había mantenido al margen, de manera que las consecuencias de la política monetaria solo se habían reflejado en el recorte de la remuneración de su Cuenta Naranja.

Sin embargo, a partir del próximo mes de abril, los clientes de la Cuenta Naranja dejarán de beneficiarse de esta remuneración (actualmente del 0,01% TAE) y tendrán que abonar 10 euros al mes (120 euros anuales) salvo que domicilien sus nóminas o pensiones. También quedarán exentos de esta tarifa aquellos con saldos en la cuenta de ahorro inferiores a 30.000 euros, aunque no percibirán ese 0,01% TAE.

“Ante el actual entorno de tipos de interés y en un entorno en el que el ahorro de los españoles se ha incrementado un 63%”, ING busca “reservar la Cuenta Naranja a los clientes con nómina o ingresos recurrentes en el banco”. No obstante, desde la entidad destacan que este cambio afectará solo al 4% de sus clientes, pues solo este porcentaje no tiene ingresos domiciliados o supera el saldo de 30.000 euros.

El banco ha ido reduciendo los beneficios de su cuenta en los últimos años. Inicialmente, los clientes que abrían este producto tenían asociado el Depósito Naranja, con una rentabilidad extra durante los primeros meses que llegó a alcanzar el 4,5%. Al mismo tiempo, la cuenta ofrecía una remuneración del 5% TAE así como la bonificación del 2% de los recibos domiciliados. Estas ventajas comenzaron a recortarse y en 2017 la entidad eliminó el Depósito Naranja al tiempo que reducía el resto de rentabilidades.

El movimiento de ING coincide con un nuevo paso de la gran banca, que hace un año comenzó a eliminar las cuentas gratuitas. En el último mes, BBVA y Santander han anunciado un cambio en sus políticas. El primero ha endurecido las condiciones de su plan Adiós Comisiones que, desde el 15 de diciembre, eleva el importe de la nómina domiciliada exigida de 600 a 800 euros. Además, mantiene la obligación de domiciliar cinco recibos o realizar siete compras con tarjetas, pero a partir de ahora solo computarán las realizadas con la de crédito (hasta ahora computaban también las operaciones con tarjetas de débito).

Por su parte, desde el pasado 5 de noviembre, el banco presidido por Ana Botín ha hecho converger todas sus cuentas en la Santander One Iberia Plus, que eleva los requisitos para estar exenta de comisiones. Así, si su producto estrella hasta ahora, la Cuenta Zero 1,2,3, requería la domiciliación de unos ingresos de 600 euros al mes y domiciliar tres recibos trimestrales o realizar seis operaciones al trimestre con la tarjeta de débito o crédito, la nueva cuenta exigirá además la contratación en la entidad de un producto de financiación, de ahorro o un seguro. Además, Banco Santander incrementa las comisiones, desde los 144 euros a los 240 euros anuales, si no se cumplen dichas condiciones. En caso de domiciliar solo la nómina, el coste es de 120 euros al año. 


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