Ingeniero hispano inspira a la próxima generación en última misión de la NASA para llegar a Marte

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La sonda Perseverance de la NASA atravesó el anaranjado cielo marciano y se posó en la superficie del planeta rojo el jueves, completando el paso más arriesgado hasta ahora en una misión para traer rocas que podrían responder la pregunta sobre si alguna vez hubo vida en Marte.

En la histórica hazaña participó Luis Domínguez, de madre mexicana y padre hondureño, es un ingeniero del Sur de Los Ángeles que trabaja en el laboratorio de la NASA JPL en Pasadena. Fue uno de los inspectores de la tecnología en el rover Perseverance antes de su lanzamiento en julio del 2020. 

“Es un honor tener la oportunidad de trabajar con toda la gente que trabaja aquí en JPL, especialmente viniendo del sur centro de Los Ángeles”, dijo Domínguez, quien considera que se necesitan más recursos para los estudiantes de la ciudad.

La revista Nature publica una nueva teoría desarrollada por expertos de la Universidad de Harvard que podría arrojar luz sobre un evento catastrófico que aún plantea muchas dudas.

El Perseverance, el explorador más grande y avanzado que la NASA ha enviado al espacio, se convirtió en el noveno vehículo espacial que aterriza de manera exitosa en Marte, todos ellos de Estados Unidos.

“Uno de los instrumentos que tiene [el rover Perseverance]  es un instrumento que puede hacer oxígeno de la atmósfera de Marte, y con eso cuando mandemos humanos a Marte ya tendremos la tecnología y la habilidad de hacer oxígeno”. 

El Perseverance también tendrá la oportunidad de obtener pruebas sólidas de la tierra de Marte para ser recogidas en próximas misiones. “Queremos entender por qué antes corrían los ríos en Marte y ahora ya no, ahora es un planeta que se mira más como un desierto”, dijo Domínguez. “El lugar que vamos a investigar, Jezero Crater, tiene lo que parece ser un río que terminaba allí.”

La histórica misión llega al Planeta Rojo.

Domínguez nunca imaginó que su amor por la ciencia lo llevaría a cumplir sus sueños, y ahora que los ha logrado tiene un mensaje para las futuras generaciones.

“Que sean valientes, que sean curiosos, que tengan tenacidad y que vivan la vida con altruismo”.

El vehículo, que es del tamaño de un automóvil y está alimentado con plutonio, se posó en el cráter Jezero, en una franja de 8 por 6 kilómetros (5 por 4 millas) situada en la desembocadura de un antiguo río lleno de fosas, acantilados y campos de roca. Los científicos creen que si alguna vez hubo vida en Marte, habría sido hace 3.000 o 4.000 millones de años, cuando aún había agua en el planeta.




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