El Gobierno de Boris Johnson se ha decantado finalmente por eximir de la cuarentena a los viajeros con la pauta completa de la vacuna contra el coronavirus que lleguen a Inglaterra procedentes de los denominados destinos en ámbar de la Unión Europea y de Estados Unidos. Se trata de una de las grandes reivindicaciones de la industria de viajes, que había demandado al Ejecutivo británico acciones inmediatas ante la sangría del sector, y entrará en vigor el próximo lunes. Como consecuencia, la práctica totalidad de la UE, incluyendo España, vuelve a tener abierto el mercado inglés prácticamente sin restricciones. Todos los Estados miembros, menos Francia, figuran en esta categoría intermedia del sistema de semáforo que rige sobre los viajes internacionales. La apuesta extiende las prerrogativas que ya disfrutaban los residentes en el Reino Unido con la pauta completa, quienes desde el 19 de julio no tienen que guardar 10 días de aislamiento a su regreso de un país en ámbar. La vacunación se comprobará en el aeropuerto de partida, para evitar la saturación en el control de pasaporte en Inglaterra. Igual que el test negativo necesario para viajar y la prueba de que se ha reservado una PCR para el segundo día en suelo británico, que seguirán siendo obligatorios para entrar en el país, sea cual sea la categoría del país de origen, pese a la exención de la cuarentena.
La decisión significa que solo los procedentes de suelo galo tendrán que cumplir con la cuarentena, después de que, el pasado 16 de julio, el Gobierno británico decidiese situar a Francia en un nuevo estatus conocido como ámbar plus, que requiere aislamiento, aunque se esté completamente vacunado, debido a la incidencia de la variante beta —procedente de Sudáfrica—. A su favor, Francia cuenta con la asunción sobre su inminente vuelta a la lista ámbar ordinaria, frente a la aciaga suerte anticipada para España. Según medios como The Guardian, el país podría ser la nueva incorporación al nivel ámbar plus cuando, el 5 de agosto, el Ejecutivo acometa la revisión del sistema que completa cada tres semanas.
Más información
El cambio, de momento, es solo para Inglaterra, puesto que los otros territorios del Reino Unido (Escocia, Gales e Irlanda del Norte) cuentan con las competencias en la materia, si bien, en general, tienden a actuar con una sola voz cuando se trata de viajes internacionales. La medida supone un balón de oxígeno para una industria turística, que continúa como uno de los gremios más castigados por la pandemia. También abre la vía para el reencuentro de miles de personas, como este miércoles destacaba el ministro de Transporte británico: “Estamos ayudando a quienes viven en Europa y Estados Unidos a reunirse con sus familias y amigos”.
La reapertura de fronteras ha profundizado la brecha existente en el gabinete de Boris Johnson entre quienes abogan por extremar la cautela y el frente que presiona para reactivar la economía. El propio primer ministro ha expresado su inquietud ante el riesgo de que el Reino Unido se quede atrás, en un contexto en el que Europa ha abierto sus puertas a través del pasaporte covid de la UE. El responsable de Finanzas, Rishi Sunak, es considerado uno de los grandes valedores de la apuesta por reabrir las fronteras para evitar que el polo de atracción de Londres pierda ante capitales como París o Roma.
Por ello, el Gobierno británico reconocerá las credenciales de vacunación de la UE y de Estados Unidos, pese a las suspicacias que genera el sistema norteamericano. A diferencia del certificado europeo, que acredita prueba negativa o pauta completa de vacunación con un código QR, se basa en una tarjeta en papel que, según los críticos, es fácil de falsificar.
Source link