Mientras se aplaza la Eurocopa, se deciden las fechas de finales continentales o se trata de cuadrar los calendarios de las principales ligas europeas, el fútbol modesto vive inmerso en la incertidumbre una crisis que tiene en vilo sus competiciones y, por ende, el futuro deportivo de sus clubs. Es el caso del Lagun Onak. Penúltimo pero en puntos de permanencia en Tercera, el club azpeitiarra aguarda acontecimientos.
“La preocupación siempre está ahí”, afirma su presidente, Iñigo
Arregi. “No sabemos qué va a pasar, cuánto va a durar esta situación o qué consecuencias va a tener. No tenemos información y estamos a la espera”.
En el seno de la entidad la sensación es que será “complicado terminar la temporada. Estamos ante un problema muy serio, hay otras prioridades y el fútbol queda en un segundo plano”.
Es una sensación compartida por muchos clubs que no disputan competiciones con grandes contratos televisivos o de patrocinios que puedan influir en una posible reanudación. “A nivel profesional puedes poner partidos martes o miércoles, pero en Tercera eso es muy complicado”, comenta Arregi. “En nuestro caso casi todos los jugadores tienen sus trabajos. Faltan 10 jornadas, los playoff… Va a ser muy difícil finalizar la Liga”.
En caso de que no se pueda reanudar la competición, tocaría enfrentarse a la gran incógnita que puede repetirse en cada división de cada deporte: ¿qué sucede con los ascensos y los descensos? “Ahí sí que tienen una misión bastante complicada”, reconoce Arregi. “Nosotros ahora mismo estamos en descenso y podríamos pedir que se cancele todo, pero no sé lo que sucederá. Ésa es una labor muy muy difícil”.
El presidente del Lagun Onak no se atreve a aventurar por dónde pueden ir los tiros en una cuestión de enorme impacto. “Hay gente que habla de que se pare en la primera vuelta, ya que habríamos jugado todos contra todos, otros piden que se quede como está, o que se declare nula… El sentido común tendrá que actuar. En Primera quién es el campeón puede tener su relevancia, pero descender a un club tiene mucha más importancia. El palo fuerte sería para el que descienda”.
“Yo creo que si una Liga no se ha terminado, ¿cómo podemos determinar quién es primero o quién desciende?”, expresa. “Faltan 30 puntos. Pero entiendo que va a ser complicado, no hay precedentes e imagino que habrá que acatar la decisión que se tome”.
Impacto económico leve
En la vertiente económica, Arregi espera que el impacto sea controlado. “La taquilla en Tercera es baja. En cuanto a los compromisos que tenemos, habrá que sentarse a hablar. Todo el mundo tiene sus problemas y habrá que estudiarlos, mucha gente tendrá que empezar de nuevo, pero esperamos que se puedan cumplir. También contamos con el apoyo de las instituciones”.
Pese a que deportivamente el primer equipo del Lagun Onak viva una situación complicada, en la zona de descenso de Tercera Divísión a falta de diez jornadas para la teórica conclusión de la Liga, la crisis del coronavirus no amenaza la viabilidad de un club que tiene el aval más sólido que puede tener una entidad deportiva: un número amplio de jugadores de base y personas que diariamente participan en el proyecto y que le hacen valedor de diversos apoyos, entre ellos el institucional.
“Tenemos 17 equipos federados más la futbol-eskola”, detalla Arregi. “Estaremos cerca de 600 personas en torno al club”.
Por ello, el posible impacto económico que pueda producir este parón y posible suspensión de las competiciones no haría tambalearse al proyecto. “Somos un club muy fuerte, además de los equipos y la eskola hay mucha gente echando una mano cada día. Movemos un número muy grande de personas pero ahora toca esperar a ver qué sucede”.
“Nadie en la sociedad sabe lo que va a pasar”, insiste Arregi. “En estos momentos, hay prioridades por encima del fútbol”.
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