Insensibilidad Congénita al Dolor, ¿En qué consiste esta enfermedad?

Cuando hablamos de la enfermedad de insensibilidad congénita al dolor apuntamos que se engloba dentro de un conjunto de enfermedades hereditarias poco frecuentes.

Puede surgir desde el nacimiento o adolescencia y una gran parte se debe a enfermedades de tipo neurológicas.

¿En qué consiste?

Según Feder, la Federación Española de Enfermedades Raras, en condiciones normales las personas tienen un nivel de tolerancia muy variable ante el dolor y consiguientemente ante la respuesta a los analgésicos. En palabras mucho más fáciles podemos nombrar que son personas insensibles o incapaces al dolor.

Se describió por primera vez en el año 1932 y aunque era de poca incidencia y algo rara es una enfermedad algo grave que tiene importantes consecuencias.

Diferentes tipos

Esta enfermedad se da  por una alteración de genes. Encontramos el tipo NHSA tipo I, que a la  insensibilidad al dolor se suma la pérdida de la sensación térmica. Mientras que está la de tipo II o de la infancia, la de tipo III, que se da en los recién nacidos. Encontramos a la de tipo IV, que realmente es el tipo de enfermedad más frecuente, en la que se perciben los cambios de temperatura.

Cuales son los síntomas

Feder establece que hay signos de autolesión como pueden ser grandes laceraciones, heridas, o mordeduras siempre con fines autodestructivos.

Especialmente los niños pueden llegar a tener heridas, como hemos especificado, pero lo más curioso es que no se dan cuenta de que esto sucede. Pero se producen toda clase de  complicaciones en su enfermedad. Una de estas es la pérdida del sentido del olfato.

Cómo se pueden prevenir las lesiones e infecciones

No es nada fácil, porque estamos hablando de una enfermedad rara y ciertamente complicada. Los padres suelen aplicar cremas antibacterianas tópicas antes de que surjan las inflamaciones  o infecciones y también para paliar una vez ya han salido.

Mientras que también hay tratamientos a base de antibióticos. Ante la prevención de una lesión es complicado porque no suelen sentir el dolor, pero es vital estar siempre vigilando al niño en caso de que el afectado sea este. Pero como no se puede estar controlando a cada momento al niño entonces se deben realizar controles diarios de sus cuerpos.

 


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