En el desierto californiano de Anza-Borrego, como resultado de inviernos muy húmedos, florece un colorido jardín que atrae a amantes de la naturaleza para admirar un fenómeno cíclico, que en lo que va del presente siglo ha ocurrido cuatro veces.
Este manto temporal de flores silvestres, que empezó a surgir con lilas en febrero pasado, se extiende por porciones del Parque Estatal del Desierto de Anza-Borrego y se mantendrá hasta fines de marzo, en lo que es un “regalo” de la naturaleza y la segunda vez que ocurre en los últimos dos años tras la “superfloración” de 2017.
“Mucha gente está impresionada (de ver) que tanta belleza pueda brotar de la arena”, dijo Sally Theriault, gerente del centro de visitantes de este parque estatal, quien destacó que los visitantes quedan impactados con “la magia de todos estos colores saliendo del desierto” y el contraste que produce con la aridez.
Estas espectaculares floraciones, que aparecen de media una vez cada década en una zona determinada, han ocurrido en 2005, en 2012 aunque esa fue menor, y en 2017, que de acuerdo con funcionarios del parque estatal fue la más grande en 20 años y atrajo multitudes que abarrotaron el colindante y pequeño poblado de Borrego Springs, en el sur de California.
Dos “superfloraciones” en dos años es altamente inusual y de ahí los millares de visitantes que en las últimas semanas se han dado cita a este parque, de más de 240,000 hectáreas y cuyo nombre se debe al explorador español Juan Bautista de Anza y Borrego, a fin de admirar hasta un centenar de plantas silvestres bajo la regla de no arrancarlas.
“Cuando vemos una superfloración es cuando hemos tenido sequías de 3, 4 y hasta 7 años. Las semillas de la maleza no sobreviven por tanto tiempo, pero las semillas de las flores silvestres sí” y puede pasar años “como dormidas, sin secarse ni pudrirse”, explicó Theriault.
Luego, si se registran bastantes lluvias durante el invierno, como ha sido el caso de la actual temporada, “entonces las semillas de las flores silvestres tienen una oportunidad de germinar y crecer”, agregó la funcionaria.
Eso sí, tienen poco tiempo para crecer y florecer, antes de que empiecen en abril las temperaturas cálidas, según ahondó.
Uno de los sectores, o “parches”, con flores aparecidos en Anza-Borrego está en el Cañón del Coyote, donde predomina el amarillo del girasol del desierto (“Hulsea califórnica”), el morado de la Verbena de arena (“Abronia villosa”) y el Lupino Arizona (“Lupinus arizonicus”), además de los blancos y rosados de la Primavera de dunas (“Oenothera deltoides”), entre otras flores silvestres.
Caroline Edwards, de 68 años, es una de las visitantes que ha acudido al parque para deleitarse con el fenómeno floral en compañía de amistades que han venido desde lejos. “Oímos decir que la eclosión sería fantástica este año y mis amigas vinieron desde Tacoma, (en el estado de) Washington”, reveló Edwards.
La “superfloración es poco común, no ocurre todos los años. Hemos tenido un diluvio de lluvias esta temporada en el sur de California y con ellas vinieron las flores”, indicó la estadounidense.
Otra admiradora es la mexicana Claudia Braq, quien aprovechó su visita para tomarse varios retratos en el Cañón del Coyote, con la florida y multicolor sábana como telón de fondo.
“Los colores de las flores son increíbles”, exclamó a Efe Braq, a quien le parece “una bendición” ver que nacen “tantas flores” en las arenas del desierto, y que incluso se pueden ver desde la cima de las colinas del área.
Anza-Borrego es uno de los lugares más visitados durante estos días de “súper floración”, no obstante este fenómeno natural se produce en otros sitios de California como el Parque Nacional Joshua Tree, la Reserva de Cold Creek, y el Lago Elsinore del Cañón de Walker.