Inversión y cooperación agrícola, prioridades de Bukele en China


La atracción de inversión china a El Salvador y la cooperación en materia agraria protagonizaron el segundo día de visita del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, a Pekín, donde hoy fue recibido por su homólogo chino, Xi Jinping.

La ceremonia de bienvenida se celebró, como es habitual durante las visitas de jefes de Estado extranjeros, en el centro del poder político chino, el Gran Palacio del Pueblo, junto a la plaza de Tiananmen, solo que el frío del crudo invierno pekinés la relegó al interior de edificio, por lo que hoy no sonaron las salvas reservadas a estas ocasiones.

Sí se produjo la típica revista de tropas, precedida de los himnos de ambos países, tras lo que se procedió a la reunión entre ambos mandatarios y sus ministros.

Del lado salvadoreño, los de Turismo, Morena Valdez, Agricultura, Pablo Anliker, y Economía, María Luisa Hayem, además del vicecanciller de Cooperación para el Desarrollo, Víctor Lagos.

“Si bien tenemos relaciones muy jóvenes con este gran país – dijo Bukele ante Xi, en referencia al establecimiento de lazos diplomáticos en 2018 – estoy seguro de que el potencial del futuro es muchísimo mayor”.

“A pesar de que nos separa una gran distancia somos vecinos del mismo océano”, apuntó el presidente de El Salvador, quien se mostró “seguro de que el potencial de tener un amigo, un aliado y un socio como la potencia que es China hoy en día en el mundo puede traer muchos beneficios” para el pueblo salvadoreño.

Tras la reunión entre ambos jefes de Estado, fueron los ministros de cada ramo los encargados de firmar una serie de acuerdos: de cooperación agrícola, sobre fluidez comercial, para inversión y cooperación económica entre ambos países, o sobre facilitación de viajes grupales de turistas chinos al país centroamericano.

También se rubricó un convenio de cooperación económica y técnica, además de proyectos de asistencia de agua potable y residual en Surf City, en el lago Ilopango y de la Biblioteca Nacional de El Salvador.

Antes de la recepción, Bukele se había reunido con el primer ministro chino, Li Keqiang y, antes aún, había colocado una corona de flores en el monumento de los Héroes de Pueblo, en la plaza de Tiananmen.

Justo al norte de la plaza se encuentra el acceso sur a la Ciudad Prohibida, que Bukele pudo recorrer hoy en visita privada por las instalaciones.

Durante su primer día de visita en Pekín, este lunes, Bukele, su mujer, Gabriela, y la hija de la pareja, Layla, visitaron a una familia salvadoreña radicada en Pekín.

La gira china de Bukele, que comenzó este lunes, le llevará también a Shanghái durante el jueves y el viernes.

El presidente salvadoreño inició el jueves de la semana pasada una gira por Asia, con el objetivo oficial de atraer la inversión y fortalecer las relaciones, que primero le llevó a Japón, donde se reunió con el primer ministro nipón, Shinzo Abe, el pasado viernes.

Tras China, la agenda del mandatario salvadoreño incluye una escala en Catar.

El Salvador es uno de los últimos antiguos aliados centroamericanos de Taiwán que cambió las relaciones diplomáticas con Taipéi por aquellas con Pekín.

En agosto de 2018, San Salvador anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con China y su ruptura con Taiwán, sumándose así a otros 177 países que han aprobado la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU, que reconoce la existencia de “una sola China”.

La decisión de abandonar a Taiwán – un gran patrocinador de proyectos en áreas de tecnología, salud, agricultura y educación – fue dada a conocer por el entonces presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén y generó duras críticas del principal partido opositor, la Alianza Republicana Nacionalista.

También provocó una reacción por parte de Estados Unidos, que llamó a consultas a la exembajadora en El Salvador Jean Manes y mostró su preocupación por el avance de la influencia china en Latinoamérica.

Sin embargo, Bukele, quien tomó posesión de su cargo el pasado 1 de junio, señaló durante una conferencia de prensa el 27 de junio que las relaciones diplomáticas con China son “plenas” y reconoció el estatus del país asiático como “la segunda potencia económica mundial”.


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