El analista político-electoral, Alfredo Figueroa, señaló que Videgaray fue “el cerebro económico, financiero y político de Enrique Peña Nieto”, por lo que es importante investigar las transacciones ilegales que avaló.
Durante la mesa de análisis de este miércoles, Gabriel Reyes Orona y Alfredo Figueroa abordaron la investigación que está llevando a cabo Santiago Nieto sobre la red de extorsión que presuntamente fue operada en la Unidad de Investigación Financiera (UIF) del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Alfredo Figueroa comentó que es importante que todos nos hagamos la pregunta “¿quién gobernó este país?” y aseguró que el trabajo que está haciendo Santiago Nieto desde la UIF se podría convertir en uno de los elementos más importantes para tratar de entender la red de corrupción que hay entre el gobierno de este país con un conjunto de empresas que tocarían probablemente al crimen organizado.
El exconsejero del IFE advirtió también que es fundamental conocer la participación que tuvo el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, de quien dijo “se trata del cerebro económico, financiero y político de Enrique Peña Nieto”.
En este contexto, mencionó que “la Fiscalía debe revisar todo el conjunto de transacciones ilegales que se hicieron desde la Secretaría de Hacienda, uno es el caso Chihuahua y otro los 3,500 mdp que se fueron al Estado de México, que nadie vio y que fueron transferidos por Videgaray”.
Por su parte, Reyes Orona consideró que este trabajo resulta muy relevante porque evidencia cómo la “secrecía con la que trabajó la UIF durante el sexenio pasado permitió que se conformara una red en la que los intereses de muy diversas índoles tuvieron la capacidad de hacer grandes negocios”.
La UIF estuvo encabezada por Alberto Bazbaz de enero del 2013 a enero del 2018. Al dejar la UIF, Bazbaz fue nombrado titular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) por Peña Nieto.
“Hay que analizar cómo un personaje tan importante como Bazbaz, que era tan cercano a Peña Nieto y que a finales del sexenio se fue al Cisen, tiene una relación directa con otro personaje clave que es Jaime González Aguadé, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que era el charolero de José Antonio Meade”, dijo en su análisis el exprocurador de la Federación.
Agregó que ellos eran los que sabían quiénes tenían problemas en materia de lavado de dinero y quiénes tenían dinero que podía ser liberado. “El analizar la conducta de estos personajes, Humberto Castillejos, Alberto Bazbaz y Jaime González Aguade es clave para realmente poder hacer un señalamiento y análisis de cómo se procesa y se comporta el análisis del combate del lavado de dinero en México”.