Invitados, looks y todos los detalles de la esperada boda de Raúl Prieto y Joaquín Torres en Sevilla

Ya han sonado las campanas de boda para Raúl Prieto y Joaquín Torres. Después de vivir una preboda inolvidable, en la que los 200 invitados cruzaron el Guadalquivir a bordo de un crucero que empezó en el embarcadero de la Torre del Oro, ha llegado el gran día.

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El director de programas de televisión y el arquitecto de los famosos han estado acompañados en este bonito día por familiares y amigos, algunos de ellos muy conocidos, que se han emocionado, reído y bailado para celebrar el amor. Entre ellos hay que destacar a Belén Esteban, amiga íntima de los contrayentes. Tampoco se ha querido perder esta cita Carlota Corredera, que ha posado ante los medios de comunicación de lo más sonriente. Para la especial ocasión ha apostado por un vestido fucsia de cuello caja con capa y detalle dorado en la parte superior. Se unen a la lista de invitados rostros como Terelu Campos o Rocío Carrasco. El lugar elegido ha sido la Casa de Pilatos de Sevilla, un palacio situado en la ciudad hispalense, perteneciente a la Casa de Medinaceli.

Carlota Corredera ha apostado por un vestido fucsia / Gtres

Fue el pasado mes de agosto cuando Raúl Prieto y Joaquín Torres anunciaron la feliz noticia de su casamiento. Para el arquitecto es la segunda boda ya que estuvo casado en primeras nupcias con su ex mujer, Mercedes Rodríguez, madre de sus dos hijos adolescentes. No así para el que fuera director de Viva la Vida, quien se estrena en estas lides.

Joaquín Torres y Raúl Prieto el día de su boda / GtresJoaquín Torres y Raúl Prieto el día de su boda / Gtres

Para Joaquín Torres es la culminación de la historia más atrevida de su vida. No ha sido sencillo para ninguno de los dos, pero en su caso tuvo que abrir los ojos para darse cuenta de que la persona con la que compartía su vida y le había dado a sus hijos no era con la que quería estar. No estaba enamorado de ella, sino que el gran amor de su vida estaba por llegar: «Tras años de miedo, de remordimientos, de culpas, de vergüenzas… y de dos hijos que tenía que proteger ante todo. Tras hablar con ellos y darme su beneplácito, decidí cumplir la promesa que le hice un día a Raúl: Le gritaría al mundo que es el amor de mi vida. Y eso haré la próxima primavera en una ceremonia ante los míos, ante los nuestros», explicaba Joaquín Torres.




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