Irán afirma que el padre de su programa nuclear fue asesinado con una ametralladora dirigida por control remoto


Mohsen Fakhrizadeh, el científico considerado el padre del programa nuclear de Irán, ha sido asesinado este viernes a unos 90 kilómetros de Teherán, según un comunicado del Ministerio de Defensa iraní del que se han hecho eco los medios locales. Aunque nadie se ha responsabilizado del ataque, el ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica, Mohammad Javad Zarif, ha hecho recaer sus sospechas en Israel, a cuyos servicios secretos se atribuyeron operaciones similares hace unos años. Un asesor del líder supremo ha amenazado con represalias.

La oficina de prensa del Ministerio de Defensa ha dicho que Fakhrizadeh, que dirigía la Organización de Investigación e Innovación Defensiva, “ha resultado gravemente herido en un enfrentamiento entre su equipo de seguridad y terroristas”, por lo que ha sido trasladado al hospital. “Desafortunadamente, el equipo médico no ha logrado salvarle”, afirma el texto.

Según la agencia Fars, el vehículo en el que viajaba ha sido objeto de un ataque mixto con armas cortas y al menos una explosión a la entrada de la localidad de Absard, a unos 90 kilómetros al noreste de Teherán. Sorprende semejante fallo de protección en un país que detiene con asiduidad a activistas y académicos como amenazas para la seguridad nacional.

“Vamos a responder como un trueno a los asesinos de este mártir oprimido y les haremos lamentar su acción”, ha amenazado el general Hosein Dehghan, asesor militar del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. Sus palabras no pueden desestimarse como la habitual retórica iraní, dada la tensión que existe en la zona ante el relevo en la presidencia de EE UU.

Desde que se ha conocido el triunfo electoral de Joe Biden, Israel y Arabia Saudí, los principales rivales de la República Islámica, no esconden su malestar ante la posibilidad de que retome el acuerdo nuclear y descarte la política de máxima presión de su predecesor. El pasado domingo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reunió en secreto con el heredero saudí, Mohamed Bin Salmán, en lo que todos los analistas han interpretado como un mensaje a Irán. Una semana antes se filtró que el presidente estadounidense, Donald Trump, se planteó atacar a este país a pesar de estar en sus últimos días de mandato.

El ministro de Exteriores iraní, por su parte, ha responsabilizado a Israel del ataque contra Fakhrizadeh. “Los terroristas han asesinado hoy a un eminente científico. Este acto cobarde —con serios indicios de la implicación de Israel— muestra el belicismo desesperado de quienes lo han cometido”, ha tuiteado Zarif, sin aclarar a qué indicios se refiere. El jefe de la diplomacia iraní también pide a la comunidad internacional, en especial a la Unión Europea, que “ponga fin a sus vergonzosos dobles raseros y condene este acto de terrorismo de Estado”.

Israel no ha comentado el atentado. Sin embargo, el asesinato de al menos cuatro científicos iraníes vinculados al programa nuclear entre 2010 y 2012, se atribuyó en su día al Mosad, su servicio secreto exterior, algo que ningún portavoz ha admitido ni desmentido.

Fakhrizadeh, miembro de la Guardia Revolucionaria y profesor de Física de la Universidad Imam Hosein (donde se preparan los científicos más prestigiosos del régimen), estaba considerado por los centros de espionaje occidentales como el equivalente iraní de J. Robert Oppenheimer, el arquitecto del Proyecto Manhattan que desarrolló la primera bomba atómica del mundo en EE UU. A él se atribuye haber urdido el presunto plan para fabricar una bomba atómica que Teherán habría interrumpido en 2003, un año después de que se descubriera su actividad nuclear secreta. Irán siempre ha insistido en que su programa solo tiene objetivos civiles.

Aun así, existe casi unanimidad en que Fakhrizadeh es la persona que conocía todos los secretos nucleares de Irán. Significativamente, ese país ha rechazado durante años las peticiones para entrevistarle del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), cuyos inspectores vigilan que el programa atómico iraní no se desvíe hacia un uso militar. De hecho, los israelíes ya le habían señalado hace un par de años.

“Recuerden ese nombre, Fakhrizadeh”, dijo Netanyahu durante una presentación en 2018 en la que reveló los detalles del programa secreto, según un archivo que sus agentes sacaron de Irán. El primer ministro israelí también aseguró entonces que, tras la clausura del plan, el científico había seguido trabajando en “proyectos especiales” dentro de una organización del Ministerio de Defensa.




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