El presidente iraní Rohani visita unas instalaciones, durante el día de la tecnología nuclear, en Teherán el pasado 9 de abril. En vídeo, su anuncio este jueves. AFP / REUTERS
A partir de este viernes, 6 de septiembre, Irán va a reactivar su instalación de centrifugadoras para acelerar el enriquecimiento de uranio. El presidente Hasan Rohani ordenó en la noche del miércoles a los responsables del programa atómico que levanten todos los límites a la investigación y el desarrollo que Teherán aceptó bajo el acuerdo nuclear de 2015. Se trata del tercer paso adoptado por la República Islámica desde que el pasado mayo decidió responder al abandono del pacto por parte de EE UU un año antes.
“A partir de este momento anuncio el tercer paso”, dijo Rohani en la televisión estatal. “A partir del viernes, veremos investigación y desarrollo en diferentes tipos de centrifugadoras y nuevas centrifugadoras, además de todo lo que sea necesario para enriquecer uranio de forma acelerada”, explicó. “Todas las limitaciones a nuestro programa de Investigación y Desarrollo se levantarán a partir del viernes”, subrayó.
Ese día se cumple el segundo plazo de 60 días con el que Irán trata de presionar a los restantes firmantes del acuerdo nuclear (además de EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) para que adopten medidas que le permitan vender petróleo, su principal fuente de ingresos. Teherán se comprometió a limitar su programa atómico a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales que acogotaban su economía. Desde la retirada unilateral de Washington en mayo de 2018, sus sanciones económicas han hecho caer las exportaciones iraníes de crudo en un 80%.
Los firmantes europeos, con el respaldo de la UE, han tratado de sortear las durísimas medidas estadounidenses (que alcanzan a las empresas de terceros países que negocien con Irán) con la creación de un mecanismo financiero propio, pero las dificultades para que sea efectivo han desbordado la paciencia iraní. Teherán anunció en mayo que iba a dejar de cumplir sus compromisos nucleares de forma progresiva. Y el pasado julio superó tanto las reservas de uranio enriquecido (300 kilos) como el grado de pureza al que puede mantenerlo (3,67 %) que le permite el acuerdo.
Tratando de superar ese callejón sin salida, Francia ha ofrecido a Irán una línea de crédito de 15.000 millones de dólares hasta fin de año a cambio de que vuelva a cumplir sus compromisos nucleares. El Gobierno iraní, que se enfrenta a la peor recesión desde su guerra contra Irak hace tres décadas, ha acogido con interés la propuesta. Sin embargo, las presiones internas por parte del ala más dura del régimen (y el temor a que EE UU pueda bloquearlo) le han impedido esperar a que se concrete y ha optado por dar este nuevo paso. No obstante, Rohani recordó que si en los próximos 60 días los europeos logran hacer viable el acuerdo, volverán a cumplir sus términos.
La creciente presión de EE UU sobre Irán (este miércoles volvió a ampliar su lista de personas y entidades iraníes sancionadas) ha elevado la tensión sobre toda la región del golfo Pérsico. El derribo de un dron estadounidense por la Guardia Revolucionaria iraní llevó al presidente norteamericano, Donald Trump, a ordenar un bombardeo que solo fue cancelado en el último minuto. Mientras, diversos incidentes, desde sabotajes de buques hasta capturas de petroleros, han puesto en riesgo la seguridad del transporte marítimo y encarecido los seguros.
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