El francés Benjamin Brière, detenido desde mayo de 2020 en Irán, ha sido condenado a ocho años de cárcel por “espionaje”, según anunció este martes uno de sus abogados. Brière, de 36 años y que se encuentra en huelga de hambre, compareció el pasado jueves ante un tribunal revolucionario de Mashhad, al este del país, que le juzgó a puerta cerrada. Además, la sentencia suma otros ocho meses por “propaganda” contra el régimen.
El letrado, Philippe Valent, ha calificado el proceso de “farsa”, según el comunicado del que se hace eco la agencia de noticias France Presse. “Benjamin Brière nunca se ha beneficiado de ninguna forma de juicio justo ante jueces imparciales”, afirma antes de precisar que no había tenido acceso a su expediente y no pudo prepararse para la vista.
“Esta condena, que no se sustenta en nada, es inaceptable”, dijo en una declaración una portavoz del Ministerio de Exteriores de Francia, informa la agencia Efe. “Seguiremos con la mayor atención la situación de nuestro compatriota, que ha decidido apelar”, añadió en su declaración. La diplomacia francesa dice que sigue de cerca el asunto y que la última visita consular para tratar de desatascar el caso tuvo lugar el pasado 17 de enero.
La policía detuvo a Brière, que viajaba en una autocaravana, cuando grababa imágenes con un dron (tipo helicam) por una zona desértica cercana a la frontera con Turkmenistán en mayo de 2020. Los responsables iraníes, que no lo hicieron público hasta febrero del año siguiente, le acusaron de “espionaje y propaganda contra la República Islámica”, dos cargos que él siempre ha negado a través de sus abogados.
Su caso se sumó al de una veintena de detenidos extranjeros que, según las organizaciones de derechos, Teherán pretende utilizar como moneda de cambio en sus relaciones con Occidente.
En opinión de Valent, “la sentencia es el resultado de un juicio puramente político”, por lo que insta a las autoridades francesas a que se impliquen en el caso. “La familia [de Brière] está muy preocupada por su salud física y sicológica, en particular tras el anuncio del veredicto”, señala.
El abogado iraní que ha defendido a Brière ante el tribunal revolucionario, Saeid Dehghan, manifestó después del juicio que esperaba que le declarasen “inocente porque no había ningún fundamento jurídico para las extrañas acusaciones de propaganda y espionaje”. En conversación con EL PAÍS, también manifestó su preocupación por que el juez hubiera empleado la palabra “intercambio” durante la vista. En su opinión, eso significaba “intercambio de prisioneros”.
Irán ha recurrido a esa fórmula en el pasado. El último caso conocido fue en junio de 2020 cuando logró que Estados Unidos excarcelara al científico iranoestadounidense Majid Taherí, acusado de violar las sanciones al país asiático, a cambio del regreso a casa del veterano de la Marina norteamericana Michael White. Pero no hay constancia de que algún ciudadano iraní se encuentre encarcelado en Francia en la actualidad.
El juicio a Brière coincide, sin embargo, con las negociaciones nucleares en Viena, en las que el régimen iraní acusa a Francia de no cooperar y de defender los intereses de su archienemigo Israel. Algunos analistas señalan que no es coincidencia que a principios de este mes, un juez volvió a encarcelar a la antropóloga iranofrancesa Fariba Adelkhah, que cumplía una condena de cinco años bajo detención domiciliaria. Francia reclamó su inmediata puesta en libertad, pero Irán no reconoce las dobles nacionalidades y considera que cualquier comentario al respecto constituye una interferencia en su sistema judicial.
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