Lionel Scaloni ha pasado de villano a héroe en su país natal en cuestión de años. Argentina, un país que vive como pocos el fútbol, clamó contra la designación del nuevo seleccionador de la Albiceleste apelando a su falta de experiencia en el mundo de los banquillos. Él, sin embargo, asumió las críticas con naturalidad, formó un buen grupo de trabajo y se dedicó a ‘laburar’.
Hoy, ni siquiera un lustro después de acceder al cargo, Scaloni puede presumir de haber conseguido con Argentina el Mundial de Qatar y, unos meses antes, la Copa América de Brasil. Ahí queda eso. No solo Messi ha acabado consagrándose a nivel de selección en su país.
Esta misma semana, en entrevista concedida a la Cope, Scaloni reconocía abiertamente que Luis de la Fuente, el ahora seleccionador de España, había sido uno de sus profesores en la escuela de entrenadores. Escuela en la que hizo piña con los también aspirantes a inquilinos del banquillo como Iraola, Orbaiz, Gurpegi, Manuel Pablo, Valerón… “Linda banda formamos”, señaló entre risas el técnico de la Albiceleste.
En este fútbol moderno resulta gratificante encontrarte con tipos como Scaloni. Tipos que a pesar de ser campeones del mundo siguen teniendo los pies en el suelo y la cabeza en su sitio. Chapeu!