Irene Guerrero ha concedido una extensa y sincera entrevista al ‘The Guardian’ en la que, entre otras cosas, la internacional española habla de la gente que le ha inspirado. Si Gordillo fue un ídolo (él le dio la oportunidad de empezar), Joaquín (bético, como ella) también, igual que el ya fallecido jugador de baloncesto Kobe Bryant. Sin embargo, explica que sus referentes más fieles fueron sus padres, de los que recibió las mejores lecciones de vida.
El hecho de que ambos se tuvieran que manejar en silla de ruedas le marcó. “Lo que soy hoy es gracias a ellos”, dice. “El deporte como forma de vida era una filosofía para ellos”, explica la futbolista sevillana del Atlético de Madrid. Jesús, su padre, que contrajo polio a los dos años, competía como nadador y en noviembre de 2019 murió a los 63 años a causa de un cáncer.
“La forma en que mi madre y mi padre vivieron sus vidas todos los días fue un ejemplo. Vivían con límites, pero siempre decían que los límites son los que nos imponemos nosotros mismos: están en nuestra mente. Vivir lo que he vivido no me hace ni mejor ni peor, pero es lo que soy y estoy muy agradecida a mis padres. No cambiaría lo más mínimo, no cambiaría lo vivido”, afirma.
Irene añade: “Me gusta pensar que, al final, los cambios son positivos; te ayudan a crecer, te sacan de tu zona de confort. Al final de la temporada piensas: ¿has dado lo mejor de ti? ¿Cuál es el próximo objetivo, el próximo reto?”.
La futbolista habla también del conflicto con ‘las 15’: “Te puedes imaginar. No es nada fácil, pero tenemos que vivir con eso. La clave es no tomarlo como algo personal, saber separar la parte deportiva de la vida fuera de los terrenos de juego. Poder ir a nuestro lugar de trabajo y no tener eso en mente. Tener claros cuáles son tus objetivos, las metas que te has (hemos) fijado. Ahí tenemos algo que nos une a todas: el Mundial, España”.
Una espina clavada con Inglaterra
“Tenemos una espina clavada después de lo que pasó con Inglaterra en los cuartos de final de la Eurocopa el año pasado, pero hemos aprendido de eso y hemos estado trabajando duro todo el año. Sabemos que tenemos que ir paso a paso, sin adelantarnos. Queremos estar en esa final”.
“Es un sueño hecho realidad ir a la Copa del Mundo: no solo para mí, sino para mi familia y sobre todo para mi padre, con quien comenzó todo esto. Él es la razón por la que me levanto todas las mañanas y juego fútbol, persigo mis sueños. Porque sé que todo lo que hago, todo lo que logro, cada momento, le llega de alguna manera. Y esa es mi manera de tenerlo cerca de mí todos los días”.