Los socios del Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos, se mantienen atrincherados en sus posiciones un mes después de que se conociera el borrador de la ley trans que prepara el Ministerio de Igualdad. La ministra Irene Montero (Podemos) ha sonado tajante este miércoles en una entrevista en TVE: “No puedo ceder (…). El mensaje para las personas trans es claro: sus derechos van a ser ley en esta legislatura”. Las reservas de la parte socialista del Ejecutivo ya han retrasado las pretensiones de Igualdad, que pasaban por llevar el anteproyecto de ley al Consejo de Ministros el pasado mes de febrero junto con el anteproyecto de la conocida como ley LGTBI.
Montero ha recordado que en 2019 “todas las fuerzas políticas presentes en el Parlamento” apoyaron una ponencia del Congreso que defendía avanzar hacia la libre autodeterminación de género, con un texto “exactamente igual” al borrador actual. La iniciativa, impulsada entonces por el Partido Socialista, era en realidad más concisa que la propuesta actual de Unidas Podemos, pero sí coincidían en el aspecto que ahora más inquieta al PSOE: la autodeterminación de género. Cambiar el sexo en el Registro Civil “no precisa de más requisitos que la declaración expresa de la persona interesada”, recogía la iniciativa socialista y contempla también el actual borrador. “Había un consenso político que no se explica por qué se ha roto”, ha continuado la ministra de Igualdad antes de advertir de que ella no ha recibido “una sola propuesta alternativa de redacción alternativa a ese texto” por parte del PSOE.
La vicepresidencia primera, que encabeza Carmen Calvo, encargó un informe de derecho comparado sobre las legislaciones en otros países europeos. Fuentes de la negociación señalan que están especialmente interesadas en las normativas de Portugal —que contempla que si una persona quiere cambiar una segunda vez el sexo en el registro debe acudir a un tribunal— y el modelo de Dinamarca, que prevé un periodo de reflexión de seis meses antes de formalizar el cambio. El compromiso del PSOE con las organizaciones, con las que se está reuniendo semanalmente, es tener el proyecto en tramitación “en abril o mayo” para que haya una propuesta en marcha de cara al Día del Orgullo Gay, a finales de junio. En paralelo, ambos socios de Gobierno están manteniendo también encuentros para intentar limar diferencias, aunque los socialistas defienden una fusión de las dos leyes.
La ministra de Igualdad ha descartado además que exista un debate en el feminismo sobre las mujeres trans: ”Es un falso debate. En el feminismo hay un amplísimo consenso de que las mujeres trans forman parte del feminismo”. Una parte del feminismo, en la que se encuentran algunas de las feministas históricas cercanas al PSOE, recelan del proyecto porque consideran que la propuesta puede suponer una amenaza para las leyes y los avances que se basan en la desigualdad entre hombres y mujeres.
Los socialistas no se sienten cómodos con el borrador y lo han mostrado públicamente desde que se conoció su contenido, al asegurar que había que trabajar en la “calidad normativa y la seguridad jurídica” de la norma, aunque no han aclarado cuáles son los aspectos que quieren modificar. Montero reconoce que el proceso va más lento de lo esperado, ya que tampoco este martes fue al Consejo de Ministros, pero se mantiene en su postura: “No hay ningún motivo para decirle a las personas trans que sus derechos pueden esperar”.
A unos días del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el próximo lunes 8 de marzo, Montero también ha confirmado que no asistirá a ninguna manifestación aunque se cumplan las medidas sanitarias, porque, como parte del Gobierno, le corresponde seguir “al dedillo” las recomendaciones. Sin embargo, ha dicho que es su responsabilidad “alzar la voz en favor de que no se criminalice al movimiento feminista” frente a la “campaña de desprestigio” de la ultraderecha. “El movimiento feminista está planteando el mejor programa de transformación de este país”, ha añadido.
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