Kyrie Irving mantuvo a la NBA y prácticamente al mundo en vilo el año pasado con su decisión de vacunarse contra el Covid-19, lo que le acarreó no poder jugar hasta enero y perderse más de la mitad de los partidos de temporada regular -sólo jugó 29 partidos-, debido a los mandatos vigentes de vacunación, sobre todo el de Nueva York, que le impidió disputar los partidos en casa. El polémico base dejó entrever en una entrevista con la ESPN que podría estar arrepentido de no haberse inmunizado.
“¿Si tengo algún arrepentimiento mirando hacia el año pasado? Te mentiría como humano si te dijera que no. Pienso que todos pensamos sobre las veces que podríamos haber tomado mejores decisiones, y las veces que deseamos haber hecho las cosas de manera distinta y siendo Me siento de la misma manera a veces a lo largo de mi vida… Legítimamente sólo quiero jugar y no poner demasiada presión en mí mismo o la gente que me rodea. Vamos a dejar que pase pase la temporada y entonces volveremos atrás, a reflexionar y a hablar sobre estas cosas con más detalles, pero ahora mismo ese no puede ser mi foco”, aseguró Irving en una conversación con Nick Friedell.
Irving, que será agente libre en verano, tuvo la posibilidad de renovar por cuatro años y 100 millones
El base de 30 años, que finaliza contrato en junio, reveló en el Media Day de los Nets que podría haber firmado una extensión por cuatro años y 100 millones, algo que finalmente no hizo. Preguntado por ello, Kyrie Irving contestó, aunque su respuesta no acabó de ser del todo convincente:
“Me mantengo paciente, sólo quiero estar en el presente, eliminar las distracciones, divertirme con esta profesión. Soy tan bueno como mi equipo y las personas que me rodean. Y me mantienen muy conectado a tierra y equilibrados en términos de cuáles con mis objetivos, cuáles son nuestros objetivos, y nos enfocamos en ellos. No puedo controlar lo que la gente piensa de mí, todo lo que estoy haciendo es para ponerme en posición de liderar y ser un ejemplo. Y tengo grandes aspiraciones de dejar un legado en esta liga y cuantos años me lleve”, contestó Irving, que busca su segundo anillo con los Nets tras el que se enfundó en 2016 en los Cavaliers con LeBron.
El exterior nacido en Melbourne comparte país de origen -Australia-, con su nuevo compañero, Ben Simmons, otro polémico base con el que ha departido sobre el ruido que generan en las redes sociales y que Irving se toma con filosofía. “Es una época emocional en el mundo. La gente ataca a la otra gente por lo que ellos creen, por sus trabajos, lo que sea. Así que la crítica es parte de ello, peor lo que se justifica es cómo respondes. Es el momento en el que despiertas y te das cuenta de que esta no es de hecho tu vida, que tienes un sistema de amor y de apoyo de gente que te cuida, y esa a la que tengo que dar respuestas honestas”, reflexionó Irving.
El ‘Big Three’ de los Nets, Simmons, Irving y Durant, compartiendo una cena en pretemporada
“¿Que cómo hago como líder del grupo que Simmons se sienta apoyado? Pienso que uno de nuestros puntos fuertes como comunidad humana es humanizar nuestros vidas los unos a los otros. Él es un humano que va a responder a su manera. Y él va a tratar con cosas a su manera y tenemos que respetar eso. Eso es lo que la gente con integridad hace. No todos viven con esos principios morales así que sí, como líder, siento que es mi responsabilidad protegerle, pero también debo entender que tiene que hacer las cosas a su manera. Y cuando él pie ayuda, sólo estoy ahí por él”, explicó el base sobre su relación con Simmons.
“Nunca me retiraré, ¿me oyes?”
Irving sorprendió cuando fue preguntado sobre cuánto tiempo más quiere competir. “Nunca voy a parar de jugar. ¿Me oyes? Entiende eso, nunca voy a dejar de jugar. Esto no es un debate. No es una consideración”, espetó Kyrie. No obstante, y admitiendo que no podrá mantenerse en este nivel toda la vida, luego matizó su respuesta, dando a entender que le gustaría ser entrenador.
“Quiero ser un puente, mostrar a la gente cómo es jugar a este nivel, enseñar a la juventud… lo que es llegar a este nivel, ser un profesional. Yo ya era profesional a los 9 años, porque yo hacía más que ir a la escuela, que pasar el rato con mis amigos, con mi familia, lo hacía día y noche. Era una pasión, pero también lo elegí”, aseguró Irving, tan intenso su sentimiento como el baloncesto como la variada amalgama de sentimientos que despierta en los demás el siempre peculiar base.