Irving hace lo que quiere y da esperanza a Doncic

Irving hace lo que quiere y da esperanza a Doncic

Ande yo caliente, y ríase la gente. Dícese de aquel que actúa sin importarle lo que piensen los demás. Lo que es Kyrie Irving, que, además es tal cual, ciñéndose al significado literal, en los últimos cuartos: cuando él anda caliente, saca sonrisas. Las que faltaban en Dallas y que inundaron de esperanza anoche a Luka Doncic y unos insurrectos Mavericks, aferrados a casi la última vida que les quedaba, levantándose en el tercer cuarto contra los Sacramento Kings de Jordi Fernández del 60-71 que imperaba al descanso (123-119) y entregados al duende de la última hora que habita en el polémico y rebelde base, 19 de sus 31 puntos en el último cuarto. Multiplicándose para cubrir a un Doncic autor de 29 tantos pero apagado al final, sin puntos en ese parcial decisivo.

Para eso, llegar a donde no pudiera el esloveno, se trajo al fin y al cabo al chico para quien el agobio del reloj es morbo, ajustado perfectamente a su rebeldía esos incontrolables brotes de talento que le dan cuando las prisas aprietan. “Esto no ha terminado hasta que se termine”, clamó el ex de Cavaliers, Celtics y Nets tras la contienda. Aunque son peores los Mavericks desde su llegada, Irving es quien está manteniendo el negocio en pie, todavía opciones de que el conjunto de Texas se salve de la ruina. “Cuando más le necesitábamos se presentó. Es asombroso”, destacó un Doncic rendido a su compañero de dúo. 

A falta de dos partidos, el cuadro de Jason Kidd iguala en la décima plaza -la última que da acceso al ‘play-in’-, a Oklahoma con 38-42 una vez los Mavs ya no pueden atrapar a los Pelicans de Willy Hernangómez tras su triunfo de anoche ante los Grizzlies de Santi Aldama. El único escenario posible para Dallas sólo pasa por superar a los Thunder, a quienes les favorece el empate al tener mejor récord en los duelos particulares.

Dallas y Oklahoma por la 10a plaza

Lo que les queda 

Dallas Mavericks

Viernes, 07/04 – Chicago Bulls (casa)

Domingo, 09/04 – San Antonio Spurs (casa)

Oklahoma City Thunder

Jueves, 06/04 – Utah Jazz (fuera)

Domingo, 09/04 – Memphis Grizzlies (casa)

Fue un triunfo desde los cambios en la pizarra, y, sobre todo, desde un intenso abrazo a la pasión. Los ajustes defensivos de Jason Kidd y el encomiable y notable entusiasmo que desprendió Dallas en la segunda parte acabó por eclipsar el clínico ojo y el vistoso abanico de movimientos de un Domantas Sabonis que manejó cual títere a Dallas en la primera mitad con 14 puntos y 9 asistencias, para sólo 5 tantos y 2 pases de canasta en la segunda parte pese a acabar con un triple-doble de 19 puntos -8/11 en tiros-, 11 rebotes y 11 asistencias. Revelador fue que terminara con el peor más-menos de Sacramento, un -14.

Los Mavericks giraron por completo las tornas en un duelo en el que los Kings acabaron el primer tiempo dominando a su antojo, exponiendo los peligros para cualquiera que se los encuentre en playoffs. Para ellos, el orden son las prisas. Un sprint y un tiro. Llegar, golpear y derribar. Con su energía y eficacia atacando en los primeros segundos de posesión dejan a cualquiera desfigurado y echo un cuadro. Sobre todo, cuando se trata de un equipo de balance defensivo deficitario como los Mavericks.

Y saben poner pausa a la prisa cuando se alarga la posesión, sin parar de mover el balón pero sin precipitarse hasta dar con el mejor tiro. Aquí es donde tan bien se lo pasa Sabonis, parece que ojos en la nuca para ver todo lo que ocurre a su alrededor. O, mejor dicho, la privilegiada vista para el baloncesto heredada de su padre. El lituano hizo un descosido a Dallas en el poste bajo, en el rebote y también localizando y habilitando todo corte que viera pasar.

Pero hubo reflexión y metamorfosis de los Mavericks tras el descanso, jaleados por su público, multiplicados para acosar a Sabonis. Sacramento seguía buscando con frecuencia por dentro al pívot, que empezó a padecer ante las defensas dobles y la mordiente de Dallas, que decidió sentar a Dwight Powell, sólo 11 minutos en el parqué. El ex de Unicaja recibió hasta emboscadas de tres jugadores de los Mavericks, a los que McGee volvió de nuevo a dar consistencia en los 8 minutos que jugó.

Los Kings reorientaron el foco de su ofensiva en el virtuoso maestro del pick and roll De’Aaron Fox -28 puntos anoche con un 10/26 en tiros y 1/6 en triples-, pero se protegió la defensa de Dallas colapsando y Sacramento, quizá abrumado por la energía de los Mavericks, ya no movió el balón con tanta fluidez como en la primera mitad. Christian Wood, contradiciendo su fama de ‘blando’ para proteger su aro, supo bloquear las continuaciones cortas de Sabonis cuando el lituano regresó al parqué.

Y cuando la defensa funciona -la excepción más que la regla en Dallas-, el ataque vuela. Doncic -9/19 en lanzamientos y 3/11 en triples-, encontró un camino más despejado hacia la pintura aro sin jugar el pick and roll –los Kings estaban poniéndole en dificultades orientándole hacia su menos hábil costado izquierdo y Sabonis ajustando muy bien su defensa tras salida de bloqueo del esloveno-, Wood (14 puntos) hizo mucho daño atacando el 1×1 en el perímetro y de tres -3/7 en triples-, y Tim Hardaway Jr. -24 tantos-, volvió a ser ese finalizador lejano tan letal que es para culminar jugadas con un 5/8 desde el 7,25.

Y, por supuesto, las mejores manos de la NBA, las de Irving -12/23 en tiros y un demoledor 6/10 en triples-, hacían lo que querían, cómo querían y cuándo querían. Paz para unos y tormento para otros, consuelo y esperanza para Dallas con el jaleo que siempre se trae a última hora. Ande Irving caliente, y ríase la gente.




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