Irving impone el silencio en Toronto con uno de sus golpes de genio

Irving impone el silencio en Toronto con uno de sus golpes de genio

Kyrie Irving es el morbo de lo imprevisible, el impacto de lo inesperado, el violento choque de las más enfrentadas emociones como el que hizo estallar en Toronto. Agonizaba el partido, apenas un segundo, cuando detuvo el tiempo para poner los corazones al límite: ‘embestida’ a Fred VanVleet, step-back y triple, un maravilloso flechazo en el corazón de los Brooklyn Nets, una daga en la de los Raptors (116-119). Un día tira un tweet y levanta un ruido ensordecedor en las redes y otro tira un triple e impone un silencio atronador en el ‘palacio’ del Scotiabank Arena. Así es Kyrie.

“Es un don nato”, definía breve y claro, el entrenador de los Nets, Jacque Vaughn sobre la nueva locura de Kyrie. Ese arrebato final de su infinito talento fue el éxtasis de su colosal repertorio -32 puntos (13/22 en lanzamientos), 5 asistencias y 3 rebotes-, acompañado, cómo no de su inseparable Kevin Durant -28 tantos con un 10/15 en lanzamientos-, aunque se vieron ambos marcados por un Juancho Hernangómez que grita cada vez más alto en Toronto. El alero, titular, tumbó a Kyrie Irving para coronar su jugada en el poste con canasta y se fue al suelo en otra acción contra Kevin Durant porque, sencillamente, el ‘7’ no encontró otra manera de deshacerse de él.

Pero eso sólo fue la parte más visible de un Juancho que anda cada vez más encendido. Al margen de sus 8 puntos (3/5 en tiros de campo), 6 rebotes y 1 asistencia, el mediano de los Hernangómez se fue hasta los 40 minutos de juego, récord esta temporada y de sus últimos cuatro años en la NBA. Y, en un partido a cara de perro, acabó además de empezar. Otro guiño más de confianza por parte de su entrenador, Nick Nurse.

Los Nets están construyendo, por fin, algo muy bonito. Todo comienza por Jacque Vaughn. El sucesor de Steve Nash empieza transmitiendo ya en la previa de los partidos ante los periodistas. Una sincera y amplia sonrisa a cada pregunta, gesticulación constante, pasión por hablar sobre puras cuestiones de baloncesto. “Tenemos conversaciones muy sinceras y muy abiertas, hay comunicación. Hemos logrado construir una serie de hábitos”, reflexionaba el técnico, capaz de todo con su persuasiva palabra, hasta de remontar en la ‘guarida’ de los Raptors. 

“¿La clave? Tenemos conversaciones muy sinceras y abiertas”


Jacque VaughnEntrenador de los Brooklyn Nets

Los Nets proyectan esa sinceridad en la cancha. No tienen reparos en decir la verdad y por eso les va todo tan bien, astutos para exaltar sus virtudes, humildes para no hacer más de lo que saben. Al margen de Irving y Durant -Vaughn necesita dosificarlos en las primeras partes porque sabe que los necesita frescos para la fase decisiva del partido-, Brooklyn sigue yendo justo de talento si es que quiere ser tenido en cuenta para ese anillo que la franquicia jamás se ha enfundado.

La defensa -de la segunda peor de la NBA a la sexta mejor de la liga-, da para cubrirlo todo, y con esa fusión de talento concentrado en Kevin y Kyrie y solidez alcanzó también para levantar el 62-52 del descanso en Toronto y da, de momento, para ser cuartos en el Este (18-12) y pisarle ya los talones a esos Cavaliers de los que tan bien se habla, terceros con 19-11. El mismo Este en el que andan rezagados los Raptors, efervescentes en el más amplio de los sentidos, enérgicos en un primer tiempo en el que llegaron a estar 16 arriba, diluidos al final. Faltba O.G. Anunoby entre otros pero el equipo- cuatro derrotas seguidas-, ha perdido aire y se queda décimo con 10-15.

Fred VanVleet -39 puntos con un 14/24 en TC, secundado por Scottie Barnes (26 con un 8/18 en lanzamientos) y Pascal Siakam -17-, siguió el camino a la inversa de Irving, 25 tantos en el primer tiempo para 14 en el segundo con el astro de los Nets celebrando 23 puntos en la segunda parte tras los 9 de la primera. Simmons -10 tantos, 5 rebotes y 5 asistencias-, puso cemento en el perímetro y en la pintura como un versátil Nic Claxton en los cambios defensivos -15 puntos y 10 rebotes-, mientras Yuta Watanabe, recién retornado de lesión, aceleró para recuperar el trono perdido de mejor tirador de la NBA con 17 tantos -3/4 en triples-, para adjudicarse el mejor más-menos de Brooklyn.

El japonés trajo el murmullo de angustia a Toronto con un triple a falta de 14 segundos que suponía el 114-116. Pero, tras dos tiros libres convertidos por Barnes, Kyrie Irving fue quien enmudeció por completo al Scotiabank Arena. “¿Si las críticas le motivan más? Esto va de baloncesto y sólo piensa en el juego”, espetaba Vaughn. Por mucho que las verdades de Irving sobre el mundo, la ciencia y la historia desesperen hay otra muy rotunda: tipos como él son los que embellecen el baloncesto.




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