La corresponsalía de género de EL PAÍS se creó en 2018. Fue una cartera pionera en España y una de las primeras en el mundo. La periodista Pilar Álvarez, que venía informando de cuestiones relacionadas con la violencia de género o la igualdad, asumió el encargo de construir este espacio. Casi cuatro años después ha pasado el testigo a Isabel Valdés, hasta el momento encargada del área de Sanidad en Madrid, pero que ya estaba detrás de parte del contenido feminista que publica el diario a través, por ejemplo, del blog Mujeres que coordina. Ambas se han reunido con un grupo de suscriptores del diario para compartir con ellos la evolución de la cobertura de la actualidad a este respecto, pero también para charlar de la madurez de la redacción en perspectiva de género y de los planes de futuro de la corresponsalía.
Álvarez, ahora jefa de Última Hora, recordó que EL PAÍS ya en el año 2001 comenzó a contabilizar el número de asesinadas por violencia machista, antes de que lo hiciera el propio Estado. Este dato muestra el compromiso, prolongado en el tiempo, del diario y su redacción por abordar de manera estructural cuestiones que atañen a los derechos de las mujeres. La periodista compartió con los suscriptores, que participaron de la reunión virtual gracias al programa de actividades exclusivas de EL PAÍS+, que la figura de la corresponsal tuvo en el momento de su creación una buena acogida en la redacción y “tiene el cariño de los compañeros”.
Aunque el grueso del trabajo está dedicado a la informar de la actualidad y “tristemente” sobre violencia de género, Álvarez señaló que también ha servido para generar debates en el seno del periódico y mejorar la perspectiva de género de la información.
Valdés aseveró que el diario continuará siguiendo muy cerca todo lo relacionado con las violencias machistas y trabajando internamente en los sesgos que pueden seguir presentes en las informaciones. Además, la nueva corresponsal aspira a crear espacios dirigidos a las personas menores de 30 años y también a las mayores de 60. La corresponsal explicó que le gustaría ofrecer contenidos en los que estos grupos, a veces obviados, se sientan representados y que sean transversales a las secciones del periódico.
Ambas periodistas coincidieron en señalar que la función de la corresponsalía no es “ir empujando” para que los temas de carácter feminista entren en el diario, sino recoger la realidad: hacer periodismo. Es la propia realidad, argumentaron, la que se está encargando de impulsar la perspectiva de género en la información.
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