Alexander
Isak ha conseguido, antes de su primer partido, que no existan precedentes en su fichaje por la Real. Nunca había llegado al club guipuzcoano un extranjero tan joven como el sueco de 19 años. Señal inequívoca de que el movimiento trazado por la dirección deportiva rompe registros en el mercado txuri urdin. Una pista, al mismo tiempo, de que la apuesta es como mínimo arriesgada, impredecible, como un mundo por descubrir.
Los planes de la Real no se circunscriben a la contratación de Isak. El cuerpo técnico que dirige Olabe cerró para febrero otro fichaje de muy similares dimensiones al atar a un joven defensa como Modibo
Sagnan que ahora tiene 20 años. Es la segunda contratación más joven en la Real, sólo por detrás de Isak. La tendencia es general. No se reduce a una cuestión personal. Máxime teniendo en cuenta que otra promesa que reside en la agenda realista como Olsen también tiene 19 años.
Isak es un delantero que la Real ha comprado para los próximos cinco años. Su flamante contrato dura hasta 2024 y su cláusula cuesta 70 millones de euros. Para todo el planeta fútbol a excepción del Borussia Dortmund, su club de procedencia. Los alemanes se han reservado una opción de recompra por valor de 30 millones. Es válida, según fuentes consultadas, hasta 2021, fecha límite según recoge el acuerdo.
Aldridge, un pionero
La lista de fichajes foráneos en la Real ronda los 80 casos, contando a los vestigios de mediados de Siglo XX. En la era contemporánea, aquella en que se ven los partidos en color, el pionero es John
Aldridge, considerado como primer fichaje extranjero en la historia del club. El irlandés era delantero. Como Isak. Cualquier similitud más, por pequeña que sea, entre ambos, será una conquista del sueco en toda regla.
Los tiempos han cambiado porque desde el aterrizaje de Aldridge han pasado cuatro décadas. Data de los 80. Por ilustrar el cambio de realidades, sólo David
Zurutuza había nacido de toda la actual plantilla cuando el irlandés marcó goles por arrobas como punta de lanza txuri urdin.
Auge y decadencia
Desde que el entonces presidente, Iñaki
Alkiza, expandió el mercado txuri urdin a una esfera internacional, la Real no ha cesado de fichar a delanteros de fuera, como Isak. Cada época ha tenido sus momentos. Primero prevaleció el auge, con puntales en los 90 como Kodro o Kovacevic. El dorsal ‘9’ se agigantó en los comienzos de Anoeta con arietes que dejaron huella por su carisma y categoría.
El ciclo de la vida no perdona, se fueron y los años posteriores hubo zozobra. El retorno de Joseba
Llorente no cuajó, Tamudo fue efímero y el remedio fue irse de nuevo apoyarse en las tentativas que ofrecía el extranjero. Seferovic, Finnbogason o Jonathas desfilaron por la Real con más pena que gloria. La aparición de Willi
an
José en 2016 interrumpió la tendencia errante. Hasta hoy.
Con el brasileño en plantilla y el club asegurando que no está en venta, Isak irrumpe con aires de promesa y un récord bajo el brazo: la Real nunca había fichado a un extranjero tan joven.
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