Isak es una mina de oro

La Real ha encontrado una mina de oro. Se llama Alexander Isak y pasa por ser el principal artífice de que la escuadra txuri urdin haya ganado cinco de sus últimos seis encuentros oficiales. ‘La mamba negra’ es ya el nuevo ídolo de la Real y el delantero más en forma de la Liga española. Se ha desatado un auténtico tornado en Anoeta: el ariete ha marcado ocho goles en los últimos seis partidos oficiales y amenaza con igualar o superar la marca de John
Willian
Aldridge, que enlazó siete partidos oficiales firmando por lo menos un gol. Isak lleva seis y desde el domingo a las 16 horas sólo tiene una obsesión en su vida: reventar las redes del Mirandés.



La irrupción de Isak está causando un impacto tremendo en el ‘planeta fútbol’. Parece tocado por los dioses desde que Imanol apostó decididamente por él tras el fichaje frustrado de Willian
José por el Tottenham. A partir de ahora, la exhibición continua de Isak puede servir de ejemplo para ilustrar cómo se aprovecha una oportunidad.

Isak fue la figura en el Bernabéu

Copa del Rey: Real Madrid-Real Sociedad. Gol de Isak (0-3)

En ese partido en el que Willian
José se negó a jugar, ante el Espanyol, anotó uno de los dos tantos y ya la parroquia se volcó con él y le acuñó un cántico. No faltó a su cita luego con el Mallorca, contra Osasuna, al que vacunó dos veces, en la derrota contra el Leganés con el ‘txitxarro’ inicial, en el Bernabéu, del que salió por la puerta grande con dos dianas y una asistencia, y en el derbi, donde marcó y de nuevo asistió saliendo desde el banquillo. Su comunión con la grada ya es absoluta. De hecho, se fusionó con ella con el primer gol al Athletic, el de Portu, y la enardeció recorriendo todo el perímetro del campo brazos en alto tras la victoria ante los bilbaínos. El nuevo Anoeta ya tiene su héroe.

Los números del sueco son ya absolutamente incontestables. Suma ya 14 goles entre Liga y Copa (siete en cada competición), lo que le convierte, de largo, en el máximo artillero del equipo. El segundo es Willian con ocho, casi la mitad.

Y su promedio goleador es ya escandaloso. Marca un tanto cada 86 minutos desde que comenzó la temporada, que es la de su debut en la Real. Considerando únicamente los últimos ocho partidos, el promedio realizador todavía es mejor: un ‘txitxarro’ cada 54 minutos. Se ha vuelto un arma de destrucción masiva.

Ampliando el espectro y tomando como referencia las cinco mejores ligas europeas, sólo hay tres jugadores que hayan marcado más goles en todas las competiciones desde que comenzó 2020: son Cristiano Ronaldo, de la Juventus, que se ha ido a los 11, Ciro Immobile, del Parma, que suma nueve, y Moussa
Dembelé, del Lyon, que también ha celebrado nueve tantos. Su alter ego holandés, Haaland, del Dortmund, e Ilicic, del Atalanta, han perforado las redes rivales, como el realista, en ocho ocasiones.

Por todo ello, la Real se encomienda a la tremenda inspiración de Isak para alcanzar su primera final desde 1988 y alzar su primer título desde 1987. Los 6,5 millones de euros que costó suenan ridículos y lo convierten en el chollo de la Liga. Buen ojo.

Los 70 kilos que figuran en la cláusula de rescisión de Alexander Isak son disuasorios para casi cualquier club de Europa, salvo los más grandes, aunque si continúa a este nivel, nada se podría descartar. El problema que tiene la Real es que el Borussia Dortmund, el club que le vendió en verano por apenas 6,5 millones de euros más algunas variables, puede ejercer hasta 2021 una opción de recompra de 30 millones, que ahora mismo se antoja ridícula dado el nivel del delantero.

La baza que tiene la Real es que la decisión no es vinculante. Isak tiene que aceptar volver al equipo teutón en el caso de que éste muestre su intención de abonar el precio de su transferencia. Y es en la Real donde está dando rienda suelta a todo su talento, algo que no le dejaron hacer en el equipo renano.

Además, el Borussia Dortmund acaba de firmar para las próximas cinco temporadas a otro ariete en estado de gracia, también muy joven (19 años) y espigado (1,94 metros), como el noruego Erling Braut Haaland, que cerraría las puertas al txuri urdin.


Isak está entusiasmado con la participación en la Copa, en la que se está batiendo el cobre como si no hubiera un mañana, entre otras cosas porque tiene reciente el dulce sabor y la emoción de jugar la final de una competición copera. Hace justo un año, jugando con el Willem II de Holanda, el punta de Solna disputó las semifinales y la final de la llamada TOTO KNVB beker o Copa de los Países Bajos.

Su actuación fue decisiva para que el club de Tilburgo llegara hasta su primera final copera tras 14 años. Anotó en el 63’ ante el AZ Alkmaar el tanto que llevó a la prórroga a los suyos y fue uno de los dos que acertó en la tanda de penaltis (2-1). El otro fue Freek Heerkens.

De lo que no tiene tan buen recuerdo el realista es de la final. El todopoderoso Ajax de Amsterdam apenas dio opciones al Willen II, al que derrotó por un incontestable 4-0.

No es extraño, en consecuencia, que Isak quiera ahora resarcirse y por fin alzar un título copero, en este caso con la Real. Claro que para eso primero hay que ganar al Mirándés



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