Horas antes de la llegada de Jared Kushner, asesor principal y yerno del presidente Donald Trump, Israel ha aprobado la construcción de unas 700 viviendas para palestinos en la zona bajo su control exclusivo en Cisjordania. Ante la visita del enviado de la Casa Blanca para Oriente Próximo, el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu adoptó una medida sin apenas precedentes, que se interpreta como una concesión a EE UU. El gesto de buena voluntad se produce al inicio de la gira que Kushner ha iniciado este miércoles en Jordania e Israel y que le llevará también a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Egipto para impulsar el acuerdo del siglo, el plan de paz de EE UU que ha sido rechazado de antemano por los palestinos.
El Gabinete de Seguridad, el sanedrín de ministros que lleva las riendas de las decisiones clave de defensa y relaciones exteriores de Israel, aprobó por sorpresa en la noche del martes la construcción de 715 viviendas para palestinos en la llamada Área C de Cisjordania. De conformidad con los Acuerdos de Oslo de 1993, Israel ejerce una jurisdicción exclusiva sobre ese territorio, que representa un 60% del total, en el que viven más de 200.000 palestinos y cerca de 450.000 colonos judíos.
Se trata de una decisión inusual. Desde 2009, año de la llegada al poder de Netanyahu, y 2016, último ejercicio con datos contabilizados por la ONG pacifista israelí Paz Ahora, las autoridades militares que gestionan la ocupación de Cisjordania solo han permitido en el Área C la construcción de 66 edificaciones palestinas de todo tipo (un 5% de la solicitudes presentadas), frente a las 12.763 viviendas para colonos israelíes aprobadas. El Gobierno hebreo no ha precisado si las 700 casas palestinas ahora autorizadas son de nueva planta o ya existentes y pendientes de legalización.
El Ministerio de Defensa dio al mismo tiempo luz verde a la construcción de 6.000 nuevas viviendas en los asentamientos judíos en territorio ocupado. Pese a que los líderes de los colonos han puesto el grito en el cielo por la aprobación de las edificaciones palestinos –“impulsan la creación de un Estado terrorista en el corazón del país”, dicen–, sus representantes políticos han avalado la decisión. El ministro de Transportes, el ultranacionalista religioso Bezalel Smotrich, alegó que la medida va en realidad destinada a “bloquear el nacimiento de un Estado palestino”. En una visita a la colonia de Ofra, al sur de Belén, Netanyahu garantizó este miércoles a sus habitantes que nunca serán “arrancados de su tierra”. “Lo que estáis levantando aquí es para siempre”, prometió.
En la primera etapa de su gira regional, Kushner fue recibido ayer en Amán por el rey Abdalá II. Según un comunicado distribuido por el palacio real, ambos se limitaron a “examinar los esfuerzos diplomáticos para solucionar el conflicto palestino-israelí”. Tras reunirse con el presidente palestino, Mahmud Abbas, el domingo, y con el presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, el martes, el monarca hachemí insistió en que Jordania solo aceptará la solución de los dos Estados, con una Palestina independiente con capital en Jerusalén Este.
Después de haber obsequiado a Netanyahu en las legislativas de abril con el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán sirios, Trump parece disponerse a apuntalar también su campaña en la repetición de los comicios, el 17 de septiembre. El diario Yedioth Ahronoth asegura que el magnate republicano planea celebrar una cumbre de mandatarios de países árabes en Camp David poco antes de los comicios israelíes.
La gira de Kushner estaría destinada, según el rotativo israelí más vendido, a invitar a los mandatarios de los países suníes moderados a un cónclave en la residencia del presidente norteamericano situada a las afueras de Washington, donde hace 40 años se firmó el acuerdo de paz entre Egipto e Israel. En la conferencia de Camp David solo se abordarían las grandes líneas políticas del plan de paz, sin entrar en detalles, después de la presentación de sus aspectos económicos genéricos el pasado mes de junio en un seminario celebrado en Baréin. La Casa Blanca precisó a The Jerusalem Post que por ahora no existe ninguna cumbre prevista sobre el acuerdo del siglo, cuya presentación no se hará pública, en principio, antes de las legislativas en Israel.
El Gobierno palestino, que ya boicoteó la cita económica de Manama, en la que se anunció una inversión de 50.000 millones de dólares en la región, niega a la Administración de Trump todo papel mediador en el conflicto. Tras el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la Embajada de EE UU desde Tel Aviv, el Departamento de Estado clausuró la oficina de representación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Washington. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha declarado rotos los últimos lazos con Israel tras la demolición la semana pasada de 70 viviendas por el Ejército israelí en una zona cercana a Jerusalén que se halla bajo control exclusivo palestino.
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