Israel ultima los planes para una operación militar terrestre en Gaza tras cuatro días de ofensiva


Israel se prepara para el escenario de una operación militar terrestre en la franja de Gaza tras cuatro días de una ofensiva contra Hamás sin precedentes desde la guerra de 2014. La concentración de tropas, artillería y carros de combate se ha intensificado en las últimas horas, según confirmó este jueves un portavoz del Ejército citado por Reuters, que señaló que el despliegue de tropas de combate se está llevando “en varias etapas de preparación de las operaciones terrestres”. El Gabinete de Seguridad, el órgano del Gobierno que toma las decisiones clave en caso de guerra, tiene previsto reunirse a las 21.00 (las 20.00, hora peninsular española) en el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Tel Aviv para examinar los planes de la denominada Operación Guardián de los Muros, desencadenada en la tarde del lunes.

El jefe del Ejército, el general Avi Kochavi, ha ordenado hasta el momento el despliegue de tres brigadas en la frontera, mientas el Estado Mayor de la División Sur ultima los planes de contingencia. Al menos 83 palestinos —entre milicianos y civiles, incluidos 17 niños— han muerto en las incursiones aéreas israelíes desde el lunes. Por el disparo de más de un millar de cohetes desde el enclave han perecido siete personas en Israel, entre ellas dos menores y un soldado.

Los responsables de Hamás parecen estar dispuestos a un alto el fuego en nombre de las milicias islámicas de Gaza, según informa Al Jazeera, pero Israel mantiene su rechazo a una tregua mientras siguen cayendo cientos de cohetes (1.600 han sido disparados en poco más de tres días) sobre el sur y el centro del país. “Ahora no es el momento de hablar”, ha citado la prensa hebrea las palabras del jefe del Shin Bet (servicio de inteligencia interior), Nadav Argaman, quien dirige la estrategia de asesinatos selectivos de decenas de comandantes de Hamás y la Yihad Islámica. Hasta que la aviación no haya agotado la lista de su banco de datos de objetivos militares en la franja de Gaza, con el fin de reforzar la capacidad de disuasión de Israel, no se espera que se rebaje el nivel de las hostilidades.

“Sin refugio, estás perdido”

“Solo hay 30 segundos para llegar al refugio; si no, estás perdido”, advertía este miércoles el cartero Patrick Shamay, de 62 años, frente a la casa donde el martes murió una mujer por el impacto de un cohete en la ciudad de Ashkelon, en el sur de Israel. A su espalda se divisaban columnas de humo de los bombardeos de la aviación israelí en Gaza, a unos 20 kilómetros. Shamay no tenía que repartir el correo. Casi toda la actividad civil ha sido suspendida en el sur y el centro del país. Más de un millón de niños se quedaron en casa con sus familias, sin colegio, al pie del refugio. En el abrigo contra los bombardeos que las vecinas del número 1 de la calle de Harum no tenían. Allí, el cohete reventó la parte posterior de la vivienda, donde se encontraban Noemí Naom, de 90 años, que sufrió heridas muy graves, y la trabajadora india Sumya Santosh, de 32 años, que la cuidaba a causa de una incapacidad parcial y falleció en el acto. El cartero todavía no oye bien tras la ensordecedora explosión.

En el hospital Barzilay, al que se llegaba tras atravesar una ciudad fantasma entre un silencio solo roto por el ulular de las sirenas de alarma, se halla ingresada en la unidad de cuidados intensivos Noemí Naom en estado crítico. El centro sanitario es un búnker tras la caída de más de 260 proyectiles sobre la población en menos de 48 horas. A dos plantas subterráneas a prueba de bombas, que solo se abren en tiempo de grave conflicto, se han trasladado el paritorio y el servicio de neonatos, entre otros. “La gente de Ashkelon sufre estrés crónico”, reconocía el doctor Jonathan Rieck, jefe de urgencias. El día anterior tuvo que atender a un centenar de heridos, en su mayoría leves, en pocas horas. Como en la guerra de Gaza de 2014.

Pagar el precio

La escalada desatada tras el disparo de cohetes sobre Jerusalén, que se atribuyó Hamás el lunes, entró en la madrugada de este miércoles en una espiral descontrolada. Las operaciones militares arrasaron edificios de varias alturas que albergaban dependencias de partidos y milicias islamistas, y cuyos vecinos habían sido evacuados. Medio centenar de inmuebles, entre ellos las comisarías, quedaron destruidos por los misiles de la aviación israelí. Este jueves, un nuevo bombardeo ha destrozado las oficinas del Banco Nacional Islámico, la principal entidad bancaria de Hamás, según el Ejército israelí.

Fue una noche de asesinatos selectivos de 16 mandos clave de las milicias de Hamás y la Yihad Islámica. Guiados por el Shin Bet (el servicio de inteligencia interior), drones y cazas de la Fuerza Aérea liquidaron a Bassem Issam, comandante de las Brigadas Ezzedin Al Qassam, brazo militar de Hamás, en la ciudad de Gaza, y a otros jefes de unidades y directores técnicos de la producción y lanzamiento de cohetes, así como a Hasan Kaogi, responsable del servicio de contraespionaje en la Franja. Según ha informado el ejército israelí, la aviación alcanzó los domicilios del comandante de Jan Yunis (en el sur del enclave), Rafah Salameh, y del jefe del aparato de inteligencia de la milicia, Mohamed Yizuri.

“Esto es solo el principio. Les vamos a golpear como nunca habían imaginado”, advirtió el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. El jefe del Gobierno había llamado la víspera a “hacer pagar el precio” a los responsables de la oleada de ataques con cohetes en el sur del país, que se han extendido desde la zona periférica de la franja de Gaza hasta la ciudad de Beersheva, y en el centro, que han golpeado al área metropolitana de Tel Aviv.

El líder máximo de Hamás, Ismail Haniya, ha convocado a “una cruzada por Jerusalén”. “Si los israelíes quieren intensificar su ofensiva, la resistencia islámica está preparada. Y si quieren parar la escalada, también estamos listos”, aseguró Haniya en un comunicado en el que exigía a cambio el fin de los bombardeos sobre Gaza y la salida de las fuerzas de seguridad de la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, donde el pasado viernes se desencadenó una ola de violencia.

La retórica bélica hace presagiar que las hostilidades se van a prolongar, sin perspectivas de alcanzar una tregua a corto plazo, a pesar de los intentos de mediación internacionales. El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, reclamó este miércoles el fin inmediato de la escalada de violencia para evitar un conflicto generalizado. “Es necesario tomar medidas para que el conflicto no afecte a la población de ambos bandos”, advirtió.

En Lod, en la zona central, murieron un hombre de 52 años y su hija, de 16, ambos miembros de la minoría árabe israelí, al recibir el impacto directo de un proyectil en su coche. La única víctima israelí no civil es un soldado cuyo vehículo sufrió el ataque de un misil antitanque lanzado por la Yihad Islámica junto a la frontera de Gaza. Un niño de seis años pereció también anoche tras una salva de disparos de misiles contra la ciudad de Sderot, en las inmediaciones de la Franja.


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