La mayoría de los israelíes considera que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, debe asumir públicamente su responsabilidad por los fallos de seguridad que propiciaron los ataques terroristas en el sur del país el pasado día 7 por el grupo islamista Hamás desde Gaza, según una encuesta publicada este viernes por el diario Maariv.
En dichos ataques murieron 1,400 personas, la gran mayoría ciudadanos de Israel, y fueron secuestradas otras 200 de diversas nacionalidades, mientras que la respuesta israelí ha causado más de 4,100 muertos en la Franja de Gaza.
En la encuesta, el 80% de los entrevistados afirma que Netanyahu debe asumir su responsabilidad, cosa que de momento no ha hecho públicamente, y esta opinión es compartida incluso por un 69% de los que le votaron en las elecciones de noviembre de 2022, en las que venció su partido, el derechista Likud, que pasó a encabezar una coalición de gobierno con otras formaciones de ultraderecha y ultraortodoxas considerada la más conservadora de la historia de Israel.
Por el momento, han asumido públicamente su responsabilidad por los errores cometidos el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, general Herzi Halevi; el director del servicio de Inteligencia interior (Shin Bet), Roen Bar; el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich, pero aún no se ha producido ninguna dimisión ni cese en la cadena de mando.
Con respecto, a quién sería actualmente el mejor primer ministro para Israel, el 49% de los encuestados se decantó por el líder del partido Unidad Nacional (centroderecha) y exministro de Defensa, Benny Gantz, hasta ahora en la oposición pero que tras los ataques de Hamás aceptó el llamamiento de Netanyahu para incorporarse a un gobierno de emergencia, mientras que tan solo el 28% se mostró a favor de que Netanyahu continúe en el cargo.
Con respecto a la respuesta que Israel debe dar a Hamás, el 65% de los encuestados apoya que se lleve a cabo una ofensiva por tierra en Gaza, frente al 21 por ciento que la rechaza, e incluso un 51 por ciento es partidario de ampliarla a la frontera con el Líbano para combatir al grupo chií Hzibulá, que también ha lanzado ataques contra territorio israelí.
Por otra parte, la sede en Tel Aviv del partido Likud apareció este viernes manchada con sangre falsa y con las paredes cubiertas con fotos de algunos de los rehenes tomados por palestino Hamás el pasado día 7.
Según medios israelíes, la acción debió de ser cometida anoche y con ella sus autores, hasta ahora desconocidos, quieren enviar un claro mensaje de que Netanyahu y su gobierno son culpables de las numerosas víctimas del ataque, que ha desencadenado una guerra entre Israel y Hamás, centrada en Gaza, pero con repercusiones en Cisjordania y también en el norte israelí en la frontera con el Líbano.
En los últimos días se han registrado protestas contra la actitud del Gobierno israelí, que ha sido acusado en particular de cometer diversos errores en materia de seguridad que propiciaron el ataque sin precedentes de Hamás.
En el caso particular los rehenes, las familias acusan a Netanyahu de poca agilidad y eficacia en la gestión del caso y de facilitarles poca información.