Cuatro años después de haber quedado cuarta en Argentina 1978 -cayendo en semifinales ante Países Bajos (2-1) y en el partido por el tercer y el cuarto puesto con Brasil (1-2)-, Italia consiguió la tercera de las cuatro estrellas que a día de hoy lleva bordadas en el pecho al coronarse campeona del Mundial de España 1982. Y lo hizo a pesar de una primera fase espantosa, en la que no logró ningún triunfo.
Tres empates
La ‘Azzurra’, dirigida desde el banquillo por Enzo Bearzot, quedó encuadrada con Polonia, Camerún y Perú en un Grupo A aparentemente asequible, pero después de empatar a cero en su debut contra los polacos, su rival más fuerte, los transalpinos tampoco pudieron derrotar a dos selecciones menores como Camerún y Perú, con las que empató a uno en Balaídos, y terminó la fase de grupos con solo tres puntos.
Los mismos que los cameruneses, con los que también compartieron diferencia de goles: cero. Entonces… ¿por qué siguió adelante Italia? Por el simple y llano hecho de haber anotado un gol más –dos italianos por uno camerunés-. Además de las malas sensaciones que dejaron en Vigo los de Bearzot, en la segunda fase quedaron emparejados en el denominado grupo de la muerte, al coincidir en el Grupo 3 con Argentina, vigente campeona, y Brasil, que por aquel entonces ya había cosechado tres (1958, 1962 y 1970) de sus cinco Copas del Mundo.
Reivindicación de Paolo Rossi
Pero ante la adversidad salió a relucir el carácter de Italia, que primero se impuso (2-1) con goles de Marco Tardelli y Antonio Cabrini a la Argentina de Diego Armando Maradona, en un partido recordado por el tremendo marcaje que Claudio Gentile le hizo al Pelusa, y después a la ‘verdeamarelha’, con un ‘hat-trick’ para la historia de Paolo Rossi. El jugador de Pesaro venía de dos años de inhabilitación por el Totonero –apuestas en negro-, y a pesar de las voces críticas que ponían en duda su convocatoria, el seleccionador creyó en él y el delantero respondió a su confianza convirtiéndose en el máximo realizador de la cita mundialista con seis dianas.
Ya en semifinales, Italia volvió a cruzarse con la Polonia de Zbigniew Boniek, a la que en esta ocasión derrotaron (2-0) con un doblete de Paolo Rossi, que también iba a mojar en la finalísima del Santiago Bernabéu ante Alemania Federal. El ‘Pichichi’ italiano, en el 57’, estrenó el casillero de un partido que se decidió en la segunda mitad y que finiquitaron Tardelli (69’) y Alessandro Altobelli (81’), llevando al delirio al Presidente de la República Italiana, Sandro Pertini, que se saltó el protocolo en el palco y celebró efusivamente el triunfo de la ‘Azurra’ tras 44 años de sequía.