“No nací sevillano, pero moriré sevillano”. Es una frase del futbolista Ivan Rakitic que ilustra la conexión entre la ciudad y sus deportistas, que la NBA repasa ahora en un capítulo de la serie documental Hoop Cities, centrada en como el baloncesto conecta con las personas en cualquier rincón del planeta. “Tiene que ver con la manera en el que el baloncesto engancha. No solamente el partido es de interés, sino el espectáculo. Esa es la gran diferencia con el fútbol, hay tiempo para el ‘show’ y es un gran logro, ya que puedes echar toda una tarde con tus amigos y la familia”, opina el mediocentro del Sevilla y ex del FC Barcelona en conversación con MD.
La liga estadounidense ha relanzado su apuesta por el contenido en Europa con un precioso homenaje a la ciudad hispalense y otras grandes mecas del baloncesto en el Viejo Continente. Belgrado, Bolonia, París, Kaunas, Colonia, Istanbul y Thessaloniki son las otras protagonistas de una serie que puede verse con la suscripción anual al League Pass, el canal universal donde ver los 1.230 encuentros de la competición además de los playoffs y la Finales de la NBA. “Poder tener acceso a todos los entrenamientos y todos los detalles de los equipos, a través de medios y redes sociales, me parece una barbaridad”, comenta Rakitic, muy partidario de la apertura mediática que lidera la liga estadounidense. “Es muy interesante e incluso te puedes traer ideas y cosas a tu territorio, como yo en el fútbol”, asegura.
El episodio de 50 minutos centrado en la capital de Andalucía repasa los orígenes del CB Sevilla y los problemas financieros que casi fuerzan a la desaparición al club en 2016. Es un precioso homenaje con guiños a la conexión croata con los Petrovic. El hermano de Drazen, la leyenda que fascinó con la Jugoplastika o el Madrid y luego dejó huella con los New Jersey Nets, dirigió al equipo del Guadalquivir, y sus entrenos era míticos: apenas 40-50 minutos de preparación y todos para casa. Eso sí, el equipo funcionaba y daba espectáculo en la pista y el banquillo. Esa fue la época dorada, cuando en 1996 aterrizaron también los Pacers y los Sonics para dar una exhibición de la mano de Gary Payton y Reggie Miller.
“Como niños siempre escuchábamos cosas sobre Drazen Petrovic. En Croacia, aunque no te gustara el baloncesto sabías lo que pasaba. Él era la gran figura, la personificación del baloncesto en nuestro país”, rememora Rakitic sobre los comienzos de su interés por el juego. “Luego, encima, nuestro país tuvo mucha continuidad en la NBA, con la suerte de que Toni Kukoc jugó para el mejor equipo de la historia y con el gran maestro”, añade. El futbolista vivió la etapa de su compatriota en Chicago como niño y quedó prendado: “¡Así, normal que te enganches!”.
Una década después, al otro lado del charco, en Sevilla pasaron por un momento muy crítico. Fue entonces cuando el Real Betis se hizo cargo del equipo, un hecho que no permite a Rakitic asistir a los partidos por motivos evidentes. “No vamos a entrar demasiado en temas sobre el equipo, que es complicado”, comenta entre risas. “Ahora en serio, claro que lo sigo y me gusta que en Sevilla se respire cada vez más baloncesto. A mí me encanta jugar con las niñas en casa, tenemos una canasta en el jardín”. Se acuerda entonces el centrocampista de su etapa con el Barça: “Es muy bonito ver a clubes que cuidan a todos los deportes. Cuando estaba en el Barça me encantaba poder acerarme y ver el baloncesto, el balonmano y todas las secciones. Es una muy buena iniciativa”.
Por Sevilla y su cantera pasaron nombres como Tomas Satoransky, Willy Hernangómez y Kristaps Porzingis, prácticamente un hijo ilustre de la ciudad. El letón compartió vestuario con el MVP del Eurobasket 2022 y el actual base del Barça, además de recibir las lecciones de una leyenda de los banquillos como Aíto García Reneses. Otro apunte interesante es la participación de Isabel Sánchez, internacional absoluta y sexta jugadora española en jugar en la WNBA. En una charla con las más jóvenes del Club Náutico, cantera del baloncesto femenino hispalense, intercambian referentes y señalan el cambio de los tiempos: de Antonio Martín (no había chicas en quien fijarse en los medios) a Laia Palau o Candance Parker, un cambio considerable e importante.
Volviendo a la charla con Rakitic, el croata no se corta a la hora de elogiar el nivel del baloncesto europeo en los últimos años. “La Euroliga está muy interesante y ha dado un salto de calidad en los últimos años. No tiene nada que ver con la NBA, parecen dos deportes distintos, y creo que por eso los europeos triunfan en Estados Unidos y hacen sufrir a sus rivales, que es algo muy bonito de ver”, dice. Achaca las distinciones en una mentalidad diferente y se suma a las opiniones favorables que ya han vertido astros como Giannis Antetokounmpo, Nikola Jokic o Luka Doncic, el jugador a quién más sigue ahora junto a Ivica Zubac, compatriota suyo.
“En el europeo había partidos que terminan con 60 o 70 puntos. Eso es imposible en la NBA, allí ese es el resultado del descanso. Allí les da igual que te metan cuatro canastas, porque tú eres capaz de meter siete. En Europa, quizás, se piensa más desde la defensa: te defiendo tres muy bien, y si mete una pues no pasa nada”. Rakitic confirma una relación especial con los Dallas Mavericks desde que compartió fisioterapeuta por casualidad con Dirk Nowitzki, a quien visitó más tarde en Texas para conocer de cerca las instalaciones y la logística de un equipo NBA. En definitiva, al mediocentro del Sevilla se le ve encantado con el subidón que ha pegado este deporte en su ciudad, y por lo que nos cuenta está muy atento a qué ocurre tanto en Europa como en la NBA.
En el documental, hecho con mucho mimo, también se le ve muy cómodo. Los aficionados interesados pueden verlo aquí.