Ja Morant ha hablado por primera vez desde el estallido de la polémica por su vídeo en directo enseñando una pistola en Instagram. Lo ha hecho horas después de que la NBA confirmara su suspensión de ocho partidos sin paga, seis de los cuáles ya ha cumplido durante su período de reflexión e ingreso voluntario en un centro de terapia en Florida. Después de mantener una conversación en Nueva York con el comisionado Adam Silver, la joven estrella estadounidense, de 23 años, se sentó ante las cámaras de la ESPN para compartir su arrepentimiento con posado solemne y una actuación muy bien asesorada.
“Esa pistola no era mía. No es quien soy. No apruebo ningún tipo de violencia, pero tomo responsabilidad plena por mis acciones” contestaba el astro de los Memphis Grizzlies a la primera pregunta lanzada por Jalen Rose, el entrevistador escogido para la ocasión. “He cometido un grave error. Puedo ver la imagen que he pintado de mí mismo con estos errores recientes. En el futuro, voy a mostrar a todo el mundo quien es Ja en realidad, de que va lo mío y cambiar la narrativa que todos tienen”, añadía.
Morant apenas sobrevoló durante la entrevista las otras polémicas que arrastraba antes de la bomba en el club de alterne que hizo detonar su situación de forma definitiva. “Sobre esos incidentes de los que se ha hablado últimamente, la mayoría son mentira. No puedo hablar mucho de ello porque son casos sellados, pero tengo ganas de poder contar la verdad. Lo que puedo decir es que yo no soy esa persona. Soy un tipo de familia, siempre cuido de los míos. Yo estaba allí comprobando la seguridad de mi familia. Una vez estaban seguros, yo abandoné la escena”, explicó sin dar ningún argumento de peso.
Los incidentes a los que se refiere el jugador son dos confrontaciones destapadas por The Washington Post, una con un agente de seguridad de un centro comercial y otra con un menor de 17 años. Otro enfrentamiento, esta vez entre su círculo cercano y miembros de los Indiana Pacers, obligó a la NBA a abrir una investigación que no alcanzó conclusiones definitivas.
Morant cumple el papel de arrepentido
Apartado del equipo desde el pasado 3 de marzo, cuando saltó la polémica por el vídeo grabado tras una derrota contra Denver, Morant quiso reconocer el flaco favor que le hizo a todas las personas involucradas en su vida, personal y profesional. “He puesto a mi equipo en una posición difícil al no poder estar encima de la pista por las decisiones que he tomado. Me sabe mal y tengo ganas de volver a jugar. Entiendo el castigo y creo que me lo merezco, pero cuando vuelva estaré preparado para apretar por un anillo”, declaró.
Con sus cuentas en las redes sociales ya reactivadas, la joven estrella afirmó que se siente más fuerte que nunca a nivel mental después de haber trabajado la gestión del estrés y los problemas durante su breve pero aparentemente productivo internamiento en Florida. “Me doy cuenta de lo que tengo que perder, lo que podemos perder como grupo. Se trata de ser más responsable, más listo y alejarme de las malas decisiones”, afirmó.
Aunque su suspensión será levantada el lunes, cuando ya podría jugar contra los Dallas Mavericks, el jugador se mostró precavido y explicó que necesita algo más de tiempo para retomar el ritmo competitivo. A pesar de todo el revuelo generado, la NBA parece haber optado por pasar página y perdonar a su principal joven estrella estadounidense por sus pecados.
Después de suspenderle con ocho partidos, lo que le dejará sin más de 600.000 dólares de salario -si bien viene de firmar una extensión para cobrar 194 millones en los siguientes cinco años-, el comisionado Silver justificó así la sanción impuesta: “La conducta de Ja fue irresponsable, desconsiderada y potencialmente muy peligrosa. Tiene también serias consecuencias por su enorme cantidad de seguidores, en particular entre los jóvenes aficionados que le ven como un ídolo”.
A pesar de la gravedad a la que apunta la NBA, y a que en su argumentario se contradice incluso la versión de la policía de Glendale, en Colorado, y al propio relato que lanza la liga en su comunicado -unos dicen que no iba ebrio y otros sí, mientras que la liga aseguró que le suspende por sostener un arma y luego dice que ese hecho no puede probarse-, Morant volverá a ejercer de estrella a partir de la próxima semana.