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Jamal Murray, el rey de los últimos cuartos que juega como un niño

Jamal Murray, el rey de los últimos cuartos que juega como un niño

Jamal Murray tiene una relación estrecha y exitosa con los últimos cuartos. Nadie en los últimos 25 años de competición, básicamente desde que nació él en 1997, ha sumado tantos períodos definitivos de 20 o más puntos. Tras endosar 23 tantos a Los Angeles Lakers para dar el triunfo por 108-103 a los Denver Nuggets y situar el 2-0 en las Finales del Oeste, el base canadiense acumula ya cuatro instancias de playoffs con últimos períodos al rojo vivo.

“Cuando era pequeño acostumbraba a contar los segundos restantes del reloj en mi cabeza para anotar”, rememora el gran protagonista de la madrugada de la NBA. “Lo narraba como Marv Albert y Mike Breen, dejaba volar mi imaginación, cosas de niños”. Ahora, Breen, el comentarista de cabecera de los grandes partidos de la liga en la última década, ya no está solo en su cabeza. Está justo ahí, a su lado, en la banda, retransmitiendo sus partidos. Y él le señala durante su racha en el último cuarto y repite su célebre frase para los triples decisivos. “¡Bang!”

“Ves a un amigo en las gradas, a tu hermano pequeño, a Mike Breen en la banda. Todos esos pequeños ingredientes te recuerdan lo especial que es ese momento. Me ayudan a centrarme, no quieres perder oportunidades así. Me acuerdo de esos momentos y de lo divertido que era jugar de niño”, explica para intentar razonar su capacidad de poner una marcha más en los momentos decisivos.

Es difícil explicarlo. En una noche más bien mala, donde llegó a ver a su equipo 11 abajo, Murray se sacudió una primera parte nefasta como quien aparta un mosquito. Llegó al período definitivo con 5 de 17 en tiros de campo y un 1 de 9 en triples, tan solo 14 puntos.

Doce minutos después salía en volandas del pabellón, ovacionado por un público entregado después de presenciar su cuarto de 23 puntos, 4 de 5 en triples y 6 de 7 en tiros de campo. En total, 37 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y 4 robos para deleitar al buen aficionado y aupar a los suyos. “Hubiera sido todo más fácil si los hubiera anotado en la primera parte”, reconoce pragmático, con una sonrisa de oreja a oreja.

“Amo a Jamal. Y no lo digo tan solo porque le entreno. Llevamos siete años juntos, con muchos buenos y malos momentos de por medio, y verle a este nivel me alegra y enorgullece”, confiesa Michael Malone, técnico de Denver. “Vi los días oscuros, y para él es muy importante poder estar aquí jugando a este nivel”, añade. Murray estuvo más de un año en el dique seco por culpa de una rotura de ligamentos cruzados. El 12 de abril de 2021, en un partido contra los Warriors y en uno el mejor momento de su carrera, se rompió y se perdió los playoffs de ese curso y la siguiente temporada entera. El 19 de octubre de 2022, tras 18 meses sin disputar un partido en la NBA, volvió a la élite y poco a poco fue recuperando la forma física. Su prolongada ausencia provocó que muchos olvidaran su tremenda capacidad sobre las canchas, y hasta él se lo tomó a pecho.

“Sí, la gente se ha olvidado de mí porque llevo mucho tiempo fuera. Eso se me ha quedado grabado, y sé que necesitaré trabajar para volver a ganarme el respeto que merezco”, explicaba a Bleacher Report a días de su retorno esta temporada. Anoche se lo recordó a todo el mundo con su último cuarto tremendo. Su fórmula para motivarse, incluso en los momentos donde todo parece perdido, es de planteamiento simple pero ejecución compleja: “Todo equipo puede ganar a cualquiera en esta liga. Se trata de creer en tus posibilidades y sobre todo tener un nivel de autoexigencia muy elevado. No todos podemos jugar bien cada día, pero se trata de seguir intentándolo. Si hace falta, llegas al descanso y reinicias mentalmente”.

Su reinicio de anoche fue tremendo y decisivo para situar a los Nuggets muy cerca de su gran sueño. Las Finales de la NBA, donde jamás han estado como franquicia, están a tan solo dos victorias. LeBron James, que aplaudió la defensa de sus compañeros sobre Murray, solo pudo rendirse ante la actuación del base. “No me ha sorprendido, ya lo ha hecho antes. A veces es una liga de meterla o fallarla”, lamentó.

A los Nuggets y Murray les queda mucha tela que cortar ante unos Lakers que no se rendirán de buenas a primeras. Lo bueno es que tienen experiencia de sobras para no confiarse camino a Los Ángeles.




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