James Harden tiene dudas sobre qué hacer en el futuro. Encima de la mesa tiene dos opciones suculentas. O bien seguir con los Philadelphia 76ers o bien optar por un regreso a los Houston Rockets, donde se convirtió en MVP de la NBA y vivió los mejores años de su carrera deportiva. El base (Los Ángeles, California, 33 años) renunció el verano pasado a una opción de jugador de 47,4 millones de dólares para firmar a la baja y permitir a los Sixers reforzarse mejor y tener más opciones a un anillo esquivo.
Después del mazazo tras la eliminación en semifinales de conferencia contra los Boston Celtics, la Barba se ve en las mismas este curso. Tiene otra opción de jugador de 35,6 millones de dólares, pero sabe que su valor de mercado es superior. Según Shams Charania, de The Athletic, el jugador está “indeciso” entre continuar en Philly o volver a Houston. “Allí están sus raíces, allí vive su familia”, recuerda el periodista en el podcast de Ryan Russillo en The Ringer.
El problema es avistar hacia dónde pueden ir ambos proyectos. Los Sixers no le podrán pagar tanto como los Rockets, con mucha más holgura y margen salarial en el mercado. Eso sí, Houston sigue lejos de posiciones para competir por el anillo a estas alturas, más allá de la incorporación de Ime Udoka como entrenador jefe. En Philadelphia, por su lado, acaban de traer a Nick Nurse para liderar un cambio de aires que pueda superar el techo de cristal de la franquicia en los playoffs estos últimos años.
Preguntado sobre la continuidad de Harden, el técnico de Iowa aseguró que la decisión es suya, pero luego detalló que los Sixers tienen en teoría todo lo que él debería desear. “Ganar debe ser su objetivo. Si lo es, creo que debería quedarse y jugar para nosotros, porque creo que hay una posibilidad de ganar”, aseguró.