Adnan
Januzaj asomó ayer por primera vez en Zubieta desde que cayera lesionado en el transcurso del partido contra el Valencia en Anoeta, hace 16 días. Al extremo belga se le esperaba a principios de esta semana junto al resto de sus compañeros pero no fue hasta ayer cuando completó parte de la sesión con el equipo. Señal inequívoca de que su recuperación marcha con algo más de retraso de lo esperado lo que, obviamente, le descarta para el partido del domingo contra el Betis en Sevilla.
El arranque de temporada está siendo complicado para el belga, que ya al final de la pasada se perdió cuatro de los últimos cinco encuentros por una rotura de fibras. Este nuevo parón le llega después de un verano en el que estuvo varias semanas confinado al haber contraído el covid-19 y que le impidió ser titular precisamente hasta la quinta jornada contra el Valencia. Y se volvió a lesionar.
Entre una cosa y otra, Adnan
Januzaj no termina de adquirir la regularidad, física y en el juego, que le permita aspirar a ser una referencia en la Real. En los tres años que lleva en Donostia se ha perdido 28 partidos por lesión lo que, unido a los partidos que no jugó por decisión técnica, eleva a 48 el número de encuentros que no ha jugado de los 140 disputados desde que llegó a la Real. El 35%. Una cifra a todas luces excesiva para alguien que quiere ser importante.
A la espera de evaluar con exactitud el estado de todos los internacionales, Imanol sólo recuperará para jugar frente a los andaluces a Jon
Guridi. Zaldua, Merquelanz, Illarramendi y Zubeldia siguen entrenándose al margen y Sangalli tardará meses en poder reparecer.
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