Jaume Plensa: un ‘selfie’ mesiánico

¿Qué hay en la cabeza de Jaume Plensa? Otras cabezas, cuerpos huecos de textura reticular o filiforme, sedentes, contemplativos, tatuados, iluminados con colores gominola sobre un bastón gigante. Están en todas partes y en todo el mundo. En plazas, parques y estanques. En un acantilado, frente al mar o dentro de él. En el lobby de un rascacielos de oficinas y en un jardín privado japonés. Son estatuas demostrativas de un diseño y escala vigorosos que atraen el gusto popular aunque solo percibamos en ellas el vacío pastoril de la naturaleza humana caída, también la soledad del artista más fuerte y más frágil, más intenso pero mucho más entregado a lo comercial de lo que algunos que le conocieron en sus inicios habrían imaginado.

El documental ¿Puedes oírme?, que se estrena este viernes en los cines, está producido por el propio estudio de Plensa junto a las galerías Lelong (Nueva York, París) y Gray (Chicago), que hacen millones con las ventas de sus esculturas, unas de las más instagrameadas del mundo. Dividido en siete capítulos –como las siete esferas–, la película nunca permite que veamos al completo la verdadera naturaleza del hombre/artista, siempre elusiva. Cuando lo observamos de frente y lo rodeamos, el perfil se diluye y desaparece, dando una forma plana.

La aventura documental de Plensa comienza con el proceso de producción de uno de sus proyectos más ambiciosos, en su taller camuflado entre naves industriales de un polígono barcelonés donde trabajan decenas de operarios. El conjunto Voices, pensado para decorar el lobby del número 30 del Hudson Yards en Manhattan (una de las operaciones urbanísticas más aborrecibles y a la que los efectos de la pandemia ha hecho más justicia por dejarla en su desnudez), se compone de once esferas de acero hechas de diferentes alfabetos y sostenidas desde el techo por finísimos cables (“será como el Principito entre planetas”, decide). La intervención es de 2018, un año de gracia para el artista, que completó su doblete en la explanada del Rockefeller Center: una cabeza blanca gigante que se cubre el rostro con las manos (Behind the Walls). Las escenas del montaje en plena Quinta Avenida, con los trabajadores colocando las compactas rebanadas de resina de poliéster y polvo de mármol, una sobre otra, hasta completar la figura, cierran el documental.

Otro momento del documental en el que se ve la obra 'Source' (2017), ubicada, Montréal, Canada.
Otro momento del documental en el que se ve la obra ‘Source’ (2017), ubicada, Montréal, Canada.

Los 60 minutos restantes corresponden a los comentarios de sus galeristas y directores de museos donde Plensa ha ido exponiendo estos últimos años (Antibes, Barcelona, Estocolmo, Tokyo, Montreal) sobre unos trabajos que arrancan gestos de admiración allí donde aterrizan. Especialmente felices son los niños, que chapotean frente a esa Fontana de Trevi digital que es la Crown Fountain (2004) en el Milenium Park de Chicago.

Deliberadamente o no, el documental prescinde de los testimonios de críticos e historiadores “académicos” (la champions en la que juegan los directores de los principales museos del mundo), ausentes también los galeristas y amigos o mecenas que le conocieron y apoyaron en sus inicios (Toni Berini, Ignacio de Lassaletta, por citar solo dos). Apenas el artista descubre algún detalle de su vida: un par de fotografías y una anécdota del niño que se escondía en el interior de un piano, pura fantasía, otra del joven de mirada viva, inteligente. Hay un momento en que el artista exclama: “¡No me interesa el pasado!”. Pero sí los poetas, y a ellos se refiere siempre en masculino: Blake, Shakespeare, William Carlos Williams, Vicent Andrés Estellés, también a sus influencias, Malévich, Fontana, Ingres…. Y una única mujer, y con bigote: Frida Kahlo.

Una de las cabezas de la obra 'Los tres alquimistas' (2018), en la Fondation Carmignac, Porquerolles, en Francia.
Una de las cabezas de la obra ‘Los tres alquimistas’ (2018), en la Fondation Carmignac, Porquerolles, en Francia.

El documental de Jaume Plensa es un traje a medida. En el futuro, otros le harán el retrato para ponerlo en su sitio, en “ese lugar donde siempre puedes volver”, que es como él mismo define la escultura. ¿Puedes oírme? es un selfie, el del artista rodeado de una falsa modestia mientras ilumina de estatuas el mundo mesiánicamente (“me gustaría que todas se vieran desde el espacio estelar, conectadas”). Más allá de unos cuantos tópicos repetidos, aquí a Plensa apenas se le oye.

¿Puedes oírme? (2020). Documental. Pedro Ballesteros. Estreno: 2 de octubre.


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