Javi Garrido: “Amorrortu me dijo que debutaba en un ascensor”


Javi Garrido (Irun, 35 años) llegó a Zubieta cuando sólo contaba 10 primaveras. 25 años más tarde, Manchester City, Lazio, Norwich City, Las Palmas, AEK Larnaca y Real Unión ilustran junto a la Real el viaje de una carrera llena de vivencias.



¿Como fueron sus inicios en Zubieta?

Tendría 10 u 11 años cuando entré en la Real. Pasé por todas las categorías hasta el primer equipo, es toda una vida. Haces amigos, hay momentos en los que disfrutas mucho y otros en los que ves a compañeros quedando en el camino. Son quizás las dos caras de ese proceso.

¿Qué recuerda de su debut con la Real (agosto de 2004)?

Fue contra el Levante en Anoeta, en el primer partido de Liga. Durante la semana me iban metiendo bastante con el equipo titular, pero no estaba seguro de si jugaría. Recuerdo la conversación que tuve con Amorrortu, Me dijo que debutaba en el ascensor del hotel donde nos concentrábamos y me preguntó a ver si estaba preparado. Fue justo antes del momento de la siesta y, bueno, me la fastidió porque me tensioné un poco (risas).

Empataron a 1. ¿Cómo se vio?

Al principio estaba muy, muy nervioso. Además el jugador que tuve enfrente era Félix Ettien, era muy físico. Pero cuando echa el balón a rodar te das cuenta de que hay bastante espacio y tiempo para pensar; te olvidas un poco de todo lo de alrededor.

Estuvo tres temporadas en el primer equipo. No fueron años sencillos.

El primero con Amorrortu, nos salvamos a cuatro jornadas del final. El segundo empezamos a tener más problemas, con cambios de entrenador, y el tercero es el año fatídico en el que el equipo desciende después de 40 años. Ese viaje de regreso a Donostia desde Valencia se te queda grabado. Soy de aquí, sé cómo se vive la Real y al final te sientes responsable por el equipo, el club y también por la afición y la provincia. Fue muy duro.

¿Cómo surgió la opción de fichar por el City?

Fue de un día para otro. Yo comencé la pretemporada con la Real y a los días me llamó mi representante para que fuese a su oficina. Era un lunes, el miércoles ya tenía el billete para ir a pasar el reconocimiento. Si algo he aprendido es que en el fútbol las cosas cambian muy rápidamente.

¿Cómo fue vivir la transformación del club desde dentro?

En mi primer año, el presidente era el primer ministro tailandés. Hizo una inversión importante, con varios fichajes y la llegada de Sven-Göran Eriksson al banquillo. Pero el siguiente verano ya fue el punto de inflexión, con el nuevo dueño y semejante capital. Empezó a fichar, a mejorar la infraestructura y a construir un proyecto muy sólido.

Tévez, Robinho, Kolo Touré, Vieira, Kompany… ¿Cómo les cambió el día a día del vestuario?

Por ejemplo, se vieron en la obligación de reforzar la seguridad, que en el primer año apenas teníamos. Pero es diferente a lo que pueda parecer desde fuera. Son gente normal, compañeros de equipo con los que trabajas cada día y junto a los que intentas que todo salga lo mejor posible.

¿Robinho era tan especial como parece?

No te creas, ¿eh? Era muy amigo de sus amigos. Traía gente de Brasil y era muy de estar con los suyos. En el vestuario era callado y respetuoso. Con los compañeros siempre estuvo genial.

¿Y Tévez?

También estaban Zabaleta o Santa Cruz, así que hicimos bastante piña. Vivía en una gran casa y también solía venir gente de Argentina o familiares. Siempre estuvo bien con todos.

¿Como fue su evolución allí?

El primer año jugué muy bien y luego la exigencia creció mucho. Trajeron a Wayne Bridge, del Chelsea, pagando 15 millones de libras. Sabía que la competencia iba a ser dura pero nunca bajé los brazos, aprendí de grandes jugadores y disfruté muchísimo de la experiencia.

En 2010 fichó por la Lazio en un trueque por Kolarov.

Empecé la pretemporada con el City y en Estados Unidos tuve una rotura en el gemelo. En agosto llegué a Roma y entré mal. También me presioné en exceso para volver pronto y entre regresos y recaídas, hasta Navidades apenas pude dar un buen nivel. Luego, la rivalidad entre Roma y Lazio también aumenta la presión sobre el equipo… No conseguí encontrarme a gusto y en 2012 surgió la oportunidad de ir al Norwich, primero cedido y después traspasado.

¿Qué tal le fue allí?

Era un recién ascendido y no tenía muchas referencias de la ciudad, así que me llevé una grata sorpresa. Tiene un estadio muy coqueto, a la antigua usanza, y la gente vive mucho el fútbol. Guardo un gran recuerdo.

Tenía su propio cántico.

Sí, había varios jugadores con uno. Allí, a nada que hagas las cosas bien, la gente se anima mucho. Es especial porque indica que has dejado un buen recuerdo en la gente y eso es muy bonito.

Después pasó por Las Palmas y AEK Larnaca antes de regresar a Irun. ¿Cómo ha sido la vuelta a casa?

Tenía 33 años y sabía que sería difícil encontrar algo que me hiciese volver a coger las maletas. Siempre he estado muy cercano al Real Unión y ellos me han dado oportunidades para entrenar, etc. Ha sido una transición muy positiva y gradual. En lo deportivo, llevamos dos años sufriendo para salvar la categoría y los jugadores nos lo tenemos que mirar. Veremos qué solución se toma con la competición. Termino contrato en verano, supongo que el cuando el club sepa en qué categoría juega hablará con los jugadores para estudiar el futuro.

¿Cómo ve a la Real?

La temporada es el resultado del gran trabajo, año tras año, en las categorías inferiores, acompañado de jugadores de mucha calidad como Willian, Isak, Odegaard… Y con una gran labor de Imanol, que conoce a la perfección la cantera y está manejando el equipo muy bien. Todos lo estamos disfrutando mucho

Un
referente
.

Paolo Maldini (pude jugar contra él con el City) y Aranzabal.

El compañero que más le sorprendía en sus años de cantera
.

Oskitz Estefanía.

Un
entrenador.

Roberto Olabe, por su exigencia e intensidad. Lo tuve en División de Honor.

El
rival
más
incómodo
.

Me enfrenté a Messi cuando jugaba de extremo. También Figo o Joaquín. En Inglaterra, Lennon era rapidísimo.

El mejor con el que haya jugado.

Hay muchos, pero uno de ellos es David Silva.

El estadio que más le ha impactado.

Por modernidad, el Emirates (Arsenal) o el Juventus Stadium. Por ambiente, Goodison Park (Everton) o Craven Cottage (Fulham).

Una espina clavada.

El descenso con la Real.



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