“No habrá subidas de impuestos inminentes por la situación actual”, dijo el jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la presentación del Libro Blanco sobre la reforma fiscal 2022. Durante casi un año, 17 expertos han elaborado la hoja de ruta para el sistema fiscal del siglo XXI. El presidente del comité de expertos, Jesús Ruiz-Huerta (Madrid, 73 años), espera que sus propuestas no queden en papel mojado. Defiende la necesidad de recaudar más para sostener los servicios públicos, pero descarta que el informe esconda un hachazo fiscal.
Pregunta. El Gobierno ya ha aprobado medidas fiscales. ¿Les dejan poco margen de actuación?
R. Yo creo que no. Es legítimo preguntárselo. Hay reformas fiscales ocultas que se van produciendo a lo largo del tiempo y hay momentos en donde se hacen reflexiones sobre cómo o cuál es la situación del sistema tributario en su conjunto. Eso es lo que aportamos nosotros. Pensamos más en el medio y largo plazo. Contamos con lo que está pasando y eso nos facilita el trabajo. No teníamos una petición expresa de entrar en los grandes impuestos. Lo que ocurre es que cuando nos ponemos a trabajar vemos que es inevitable entrar en el IRPF e IVA, y en el fraude. Hay una impresión de que hay mucho fraude, pero cuando se entra en detalle las cosas no están tan claras.
P. Puede parecer que el informe se limita a la imposición medioambiental y la tributación sobre la riqueza.
R. Diría que no es así. Hay muchas más cosas. La tributación medioambiental es una pieza fundamental, porque resulta que tenemos compromisos con Europa y con el planeta en el que vivimos. Estamos en una situación de riesgo climático y una mayoría de los ciudadanos considera que hay que ponerle coto. No se soluciona con impuestos medioambientales, pero son importantes. Pero además de esos dos temas, que es verdad que son los más sensibles, tenemos un examen bastante pormenorizado de la imposición societaria y de un mundo nuevo que es espectacular, que es el de los cambios tecnológicos, la digitalización, las nuevas actividades económicas, los emprendedores, etc. Están pasando cosas tan serias como que el consumo digital representa ya el 8% del total. Tenemos un déficit en ese aspecto porque España está mal preparada para suministrar ese tipo de servicios digitales. Se trata de un ámbito verdaderamente relevante. Además, hay que tener en cuenta las partes del IRPF, de IVA y de cumplimiento normativo. No creo que sea justo decir que esos sean los únicos asuntos que nos interesan en el informe, ni mucho menos.
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P. Hasta ahora los impuestos verdes estaban concebidos para intentar cambiar el comportamiento de la sociedad, pero plantean medidas para recaudar hasta 15.000 millones más. ¿Hay afán recaudatorio?
R. Esa cifra es el resultado final de la aplicación de todas las propuestas. Pero hay cautelas. Es verdad que puedan tener una cierta capacidad recaudatoria y ayuden a obtener ingresos. Pero lo que no es cierto es que se puedan aplicar todos estos impuestos de golpe y en un periodo de tiempo corto. Hay que reconocer que estamos muy por debajo de los estándares europeos y las instituciones europeas nos han insistido en que hay que avanzar en ese lado. Es inevitable. Es cierto que la coyuntura actual, nos obligamos a pensar en el gradualismo, en la aplicación de esos impuestos. Y ahora, con la nueva coyuntura planteada por la invasión de Ucrania todavía más. O sea que la aplicación de impuestos medioambientales seguramente tendrá que esperar. Pero remarcamos que al final es inevitable, es necesaria.
P. ¿Teme que el informe pueda quedar en papel mojado? La ministra dijo ayer que no se va a subir de forma inminente y luego se entrará en periodo electoral. Será complicado que se aprueben la mayoría de las subidas de impuestos que proponen.
R. Ese es un riesgo. Hay que reconocerlo. Pero la intención del informe no es de corto plazo ni para que lo aplique un determinado Gobierno. Hemos hecho un esfuerzo para pensar en la Hacienda Pública del siglo XXI. Sea cual sea el resultado de las próximas elecciones, pienso que se pueden aprovechar los contenidos de este informe. Apostamos por el consenso y eso significa que se reflejan distintos puntos de vista. Soy optimista y tengo la esperanza de que no se quede en papel mojado. A mí no me duelen prendas reconocer que había parte de las cuestiones que se planteaban en el informe de 2014 o el de financiación autonómica del 2017 que hemos tenido en cuenta. Me parece que es lo que tenemos que hacer en un país serio. Desgraciadamente somos muy cainitas en este país y a veces decimos que no vale nada de lo que hacen los otros, pero por favor, pensemos un poco.
P. ¿Cuáles son los ganadores y perdedores de esta reforma? En el informe se valoran el impacto de cada medida en las rentas bajas y las vías para compensarlo.
R. Hay medidas muy diferentes y están repartidas, pero hay una preocupación por las cuestiones de desigualdad. El sistema tributario español es modestamente redistributivo y progresivo. Las políticas de gasto si pueden tener un efecto redistributivo importante, por eso en el tema del IVA hablamos de recaudar ingresos para hacer políticas de gasto.
P. Entonces, ¿se busca financiación para compensar a las rentas bajas que se vean afectadas por alguna subida?
R. Exactamente. Hay subidas con las que recaudas más, pero dedicas una parte a las clases más vulnerables.
P. Pero habría otras vías.
R. Si medimos tipos efectivos en el IRPF, crecen hasta la parte alta de las rentas y luego caen abruptamente. Eso es un argumento para aplicar un impuesto sobre el patrimonio bien diseñado. Es controvertido. Este impuesto tiene la virtud de concentrarse donde no llega el impuesto sobre la renta. Pero hay otros argumentos, como que puede financiar las deducciones reembolsables para trabajadores de bajas rentas o para familias con hijos para combatir la pobreza infantil. Y eso tiene un efecto redistributivo muy importante. Me parece muy importante no olvidarlo.
P. Entonces plantean una subida fiscal para tener más gasto social.
R. Una de las cosas que a mí me incomoda mucho es esa visión tan pacata de subir o bajar impuestos. Mire usted, no es eso. Consiste en ver cuáles son las necesidades de gasto, cómo las podemos financiar y cómo garantizamos que todo el mundo participe en función de su capacidad económica. Lo que está implícitamente en nuestro trabajo es el deseo de repartir el coste entre todos de una manera más sensata. Circula la idea de que lo que se quiere es el hachazo, que se quiere aumentar ingresos sin más, que es un capricho. No hombre, no. No fastidie. Piensen un poco. Es, desgraciadamente, una visión lamentable que tenemos en una parte del país. Dicen que el sector público no sirve para nada. Y si no sirve para nada, entonces, ¿qué ha pasado en la pandemia? Hay muchos individuos que trabajan todos los días y mejoran los servicios públicos, tenemos un buen servicio sanitario, un sistema educativo con gente muy buena.
P. Hay muchas deducciones que hacen el sistema ineficiente.
R. Sí. Hay beneficios fiscales que no son eficientes. Por ejemplo, el IVA se estima que el 40% de la población con más recursos se aprovecha del 55% de los beneficios fiscales.
P. El turismo, por ejemplo, es uno de los grandes beneficiados con los tipos reducidos de IVA
R. Es un tema especialmente delicado. Si preguntamos a la gente hay una opinión generalizada de que pudiéramos tener un turismo de calidad. Pero con el peso que tiene no puedes jugarte un palo para el sector.
Jésus Ruíz Huerta. JUAN BARBOSA
P. ¿Cómo se garantiza la autonomía financiera de las comunidades cuando se armonizan los impuestos cedidos?
R. Siempre hemos defendido la autonomía financiera y la corresponsabilidad fiscal. El problema es que como consecuencia de la competencia fiscal, algunas figuras, como los impuestos patrimoniales, van a desaparecer. No se puede jugar las dos bazas: pedir la autonomía financiera y cargarte el impuesto. Al final lo que va a ocurrir es que van a desaparecer los impuestos. ¿Si no hay impuestos, cómo aplicamos la autonomía? Defendemos la autonomía, porque en la medida que tengan más impuestos tienen más margen de maniobra. Hay demanda de gasto público en todos los colectivos de la sociedad. Vamos a ser más responsables. Vamos a jugar con un poco más de lealtad.
P: Ayuso ha anunciado que pedirá amparo a las autoridades europeas para que se garantice su autonomía fiscal.
R. La Unión Europea está intentando evitar la competencia fiscal a la baja en el impuesto sobre sociedades. Que vayan a preguntar a la Unión Europea que piensa sobre la competencia a la baja de los impuestos patrimoniales. No me voy a meter, pero me temo que no van a muy bien escuchados.
P. Llegan a decir en el informe que no se oponen al impuesto de patrimonio.
R. Los organismos internacionales han publicado informes en donde explican cuáles son las ventajas de tener esos impuestos y cómo deben aplicarse. Vivimos en sociedades en donde parece que hay una tendencia a la concentración de la riqueza y pueden tener más sentido este tipo de impuestos. Es una decisión que tiene que tomar el Parlamento en su momento. Nosotros apuntamos cuáles son las razones a favor y en contra.
P. Unidas Podemos pidió ayer aplicar ya la reforma fiscal por las consecuencias de la guerra, mientras que la ministra de Hacienda descartó subidas inminentes por el mismo motivo.
R. No quiero entrar mucho en el debate político, tienen que decidir ellos. Nosotros apostamos por una aplicación pragmática que no levante una oposición radical de la sociedad. Hay que pensar bien estas medidas y ver cómo se hacen. El libro blanco no es una reforma fiscal es un informe para ayudar a una reforma fiscal.
P: ¿Hay en el informe una intención de hacer a través del IRPF la base para un sistema de prestaciones sociales?
R: Es una visión a largo plazo. En la Agencia Tributaria hay posibilidades de conocer mejor quien está en situación de necesidad. Si todos hacen la declaración, habrá información para canalizar soluciones de problemas sociales a través del IRPF. Se puede atacar la pobreza infantil con la conversión del mínimo personal por hijos en una prestación reembolsable. Otra propuesta es una especie de crédito fiscal para estimular la entrada y el mantenimiento en el mercado laboral de trabajadores con rentas bajas, un complemento salarial. No es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana, pero es una manera de caminar en esa dirección.
P: Si tuviera que elegir una propuesta, ¿cuál cree que es la más ambiciosa del informe?
R: Hay cosas verdaderamente importantes. Por ejemplo, en el capítulo de la economía circular y hay propuestas para crear un impuesto europeo en el streaming y el juego. Desde luego, los impuestos medioambientales, por la fuerza de los hechos. No es el momento adecuado, pero es algo que se debería hacer.
P. ¿Hay margen para recaudar más en sociedades?
R. Se pueden sacar cosas. Hay un montón de propuestas para mejorar y ampliar la base imponible. Estamos muy hipotecados, por ejemplo, con la acumulación de bases imponibles negativas.
P. ¿No cree que hay propuestas como la igualación del diesel a la gasolina que pueden generar malestar social?
R.: Hay un riesgo evidente, por eso hay que tratarlas con mucho cuidado. En la mayoría de los países europeos hay una cierta equiparación. Un alumno me decía que en su barrio muchos colegas tienen furgoneta: ‘¿Sabe usted dónde se meten con este asunto?’ Es un tema enormemente sensible.
P. Si se deja fuera el uso profesional del impuesto sobre los carburantes se perdería mucha recaudación…
R. Claro, claro. Pero ese es un factor que a lo mejor hay que tener en cuenta para ir entrando. A lo largo del libro blanco se dice que hay que tener en cuenta la viabilidad. Por tanto, hay que buscar mecanismos razonables para ir aplicando eso. Por ejemplo, en el caso de que se pudiera entrar en el IVA, habría que revisar si están justificados los tipos que se están fijando en cada producto o servicio. Y eso va mucho más allá de la simplificación de que se propone un IVA único.
P. Ahora que desaparece la tasa Google, ¿cómo proponen gravar los servicios digitales?
R. Lo que planteamos es en ese capítulo está muy vinculado al de sociedades. Es un nuevo mundo que no controlamos en el que la situación actual es la ausencia de normas o gravámenes sobre actividades como el comercio electrónico. Aquí pedimos un esfuerzo para buscar cómo aplicar el sistema de impuestos directos e indirectos al nuevo campo que se está abriendo.
P. ¿Cómo queda la tributación conjunta en el IRPF?
R. Vamos hacía un tributo cada vez más individual. Pero claro, tenemos una parte de la población en la tributación conjunta. No podemos eliminarla sin más. Lo que se propone es una sustitución por algo parecido a unos mínimos que pueda compensar a estas familias y que, aunque esto no está desarrollado en el informe, podría graduarse pensando en el nivel de renta.
P. Se decantan por los peajes por kilómetros en lugar de la viñeta verde que prefiere Transportes…
R. Es interesante no perder de vista que en este capítulo estamos muy por debajo de la media europea. El argumento técnico es que tienes que desincentivar el uso y por tanto hay que gravar por kilómetro recorrido. Una viñeta no afecta no afecta al número de kilómetros que haces,
P. Hay quien dice cuándo habla de impuestos que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos.
R. Me parece lamentable. Sobre todo, que lo diga un cargo público. Porque entonces un responsable político lo primero que tiene que hacer es irse. Si realmente cree que el dinero está mejor en los bolsillos de los ciudadanos, que se vaya. A mí me parece una frivolidad. Vivimos en países en donde a través de pactos hemos decidido que haya un sector público que cubra determinados servicios y por lo tanto el dinero está mejor donde se ocupe mejor. Y en el sector público hay muchas actividades que son necesarias para los ciudadanos. La historia de la pandemia se nos ha olvidado, pero valoramos el esfuerzo de nuestro sistema sanitario. Al principio la gente salía a las terrazas a aplaudir a los sanitarios. No sólo esto, sino gestionar una crisis de tanta envergadura, los ERTE, las políticas de mantenimiento de rentas…
P. Durante 40 años ha habido cierto consenso entre los partidos de gobierno de mantener la presión fiscal en torno a los 38-39%. Por qué ahora deciden que hay que cerrar la brecha de recaudación con Europa.
R. Estamos en un mundo lleno de incertidumbre. Por lo tanto, es muy difícil hacer una afirmación en esa dirección. Habrá que ver cómo salimos de la crisis. No se trata de hacer crecer los ingresos de una manera desproporcionada. Lo fundamental es que nuestras demandas de gasto estén bien atendidas. Tranquilizar a la gente diciendo que vamos a ver si tenemos una buena sanidad, mantener las pensiones, la educación o las atenciones a las comunidades autónomas. Pero busquemos también los mecanismos que nos permitan tener las cuentas saneadas. Es decir, evitar un déficit estructural alto, con una tasa de endeudamiento como la tenemos.
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