Joan Fontcuberta incluye al rey emérito en una obra artística sobre escándalos sexuales

Joan Fontcuberta, junto a la obra 'Botsuana Safari', de 2015, que puede verse en la exposición 'Monstruos' en Can Framis, Barcelona.
Joan Fontcuberta, junto a la obra ‘Botsuana Safari’, de 2015, que puede verse en la exposición ‘Monstruos’ en Can Framis, Barcelona.Carles Ribas (EL PAÍS)

El fotógrafo Joan Fontcuberta (Barcelona, 66 años) suele jugar con lo real y lo irreal en sus trabajos. Son famosas sus series en las que inventa un cosmonauta soviético, un explorador en busca de especies animales desconocidas, incluso al mismo Bin Laden, al que Fontcuberta les da vida. En una de sus últimas obras ha conseguido que cuatro personajes poderosos de la esfera política, Donald Trump, Silvio Berlusconi, Dominique Strauss-Kahn o el rey emérito Juan Carlos I, vivan un orgasmo en público mientras realizan uno de sus discursos. Es lo que ha hecho en Beautiful Agony, un proyecto realizado junto con Pilar Rosado y producido por Le Fresnoy-Studio National des Arts Contemporains del Ministerio de Cultura de Francia, mediante la tecnología de la red generativa antagónica (GAN, por sus siglas en inglés) con ayuda de una de las dos supercomputadoras que hay en Barcelona. Según el creador, esta tecnología se ha aplicado de una manera “deliberadamente caricaturesca a una determinada categoría: la de personalidades poderosas de la esfera política que se han visto involucradas en casos mediatizados de escándalos sexuales, episodios de asedio sexual o de relaciones ilícitas”.

En Beautiful Agony, Fontcuberta ha usado un vídeo deepfake a partir del tratamiento de una gran base de datos de rostros de personas experimentando un orgasmo que, aplicado a estos cuatro personajes, les hace cambiar su cara durante unos segundos. Delante de los vídeos, que no pueden ser reproducidos fuera de la muestra por una cuestión de derechos de propiedad intelectual, Fontcuberta ha explicado este lunes que estas obras tienen un carácter exclusivamente expositivo y que ha “optado por mantener un punto de artificialidad por la exageración esperpéntica y la parodia, porque no se pretende engañar, sino revelar los mecanismos del engaño”.

'Beautiful Agony' de Joan Fontcuberta, con el rostro de personas irreales en pleno orgasmo generado por tecnología.
‘Beautiful Agony’ de Joan Fontcuberta, con el rostro de personas irreales en pleno orgasmo generado por tecnología.

Carles Ribas (EL PAÍS)

La obra puede verse por primera vez en España en la exposición Monstruos, que se inaugura en Can Framis, una de las sedes de la Fundación Vila Casas de Barcelona, hasta enero de 2022. En ella, este reconocido fotógrafo, ganador del Premio Nacional de Fotografía en 1994 y de Ensayo en 1998 y el Premio Hasselblad en 2013, muestra sus últimos trabajos, en los que reflexiona sobre la “ruina” de la fotografía como objeto que conserva la memoria y las posibilidades que ofrece la supercomputación para generar nuevas imágenes a partir de algoritmos matemáticos.

El rey emérito está presente en la muestra en otra de las últimas obras de Fontcuberta: Botsuana Safari (2015), elaborada a partir de la fotografía conocida en 2012 después de que el exmonarca se rompiera la cadera en un safari en este país africano. En ella se veía a Juan Carlos I con su rifle Ribdy Express en mano, junto a Jeff Rann, director de Rann Safaris, de los que el monarca era asiduo. Detrás de ellos, un enorme elefante recién abatido por el propio monarca tras dispararle siete tiros con su arma. La popular imagen, a la que Fontcuberta le ha añadido la presencia de Francisco Nicolás Gómez, el pequeño Nicolás, “personaje que parece sacado de la novela picaresca del siglo XVI”, es la base para la obra que ha realizado como un mosaico romano, con 20.000 pequeñas teselas de mármol de Carrara de color blanco, negro y grises. “La composición es un retablo alegórico de la España del trapicheo y de la corrupción. El mármol invoca el lujo y la ostentación más kitsch y el mosaico la representación milenaria que anticipa la estructura de la imagen digital en píxeles”, explica el fotógrafo. Esta pieza solo se había visto hasta ahora un par de meses de 2019 en la galería T20 de Murcia. “No la he mostrado en la feria Arco ni en ningún museo”, aclara el fotógrafo.

'Gastrópoda XXI', realizada por Fontcuberta con ayuda de sus caracoles.
‘Gastrópoda XXI’, realizada por Fontcuberta con ayuda de sus caracoles.

En esta “exposición de tesis”, como la califica el artista, Fontcuberta sigue investigando sobre el deterioro de las imágenes por procesos químicos o naturales, pero que él les da una segunda vida. “Muchas imágenes permanecen en zonas de los archivos que se llaman ‘Purgatorio’, al que van a parar los documentos en mal estado, aislados para no contaminar al resto”, explica.

Algunas de estas fotos enfermas son las que utiliza en las dos series tituladas Trauma. “Es como si algunas fotografías se rebelasen contra su mandato de preservar el recuerdo y muestran sus propias cicatrices. Los humanos utilizamos la cámara para vencer el tiempo y encapsular la historia, pero al final el tiempo acaba cobrándose su venganza, porque muchas pierden su vínculo con la realidad y se vuelven amnésicas, como si padeciera Alzheimer”, asegura el fotógrafo delante de imágenes de fusilamientos en la revolución mexicana o paseos victoriosos, pero virados, de Franco por las calles de Barcelona, en las que la acción natural o el mal revelado ofrece nuevas y sugestivas lecturas.

Joan Fontcuberta junto a dos de sus obras de la serie 'Trauma' que pueden verse en Can Framis.
Joan Fontcuberta junto a dos de sus obras de la serie ‘Trauma’ que pueden verse en Can Framis.

Carles Ribas (EL PAÍS)

Más sorprendente es la serie Gastrópoda, protagonizada por los caracoles que viven en el jardín de la casa de Fontcuberta. “Todo comenzó cuando observé que la correspondencia que había en el buzón, por la humedad, acababa pegada una con otra y atraía a los caracoles que les gusta comer papel, sobre todo las invitaciones y publicidad de exposiciones. Acababan con todas ellas”, asegura el autor de estas bellas imágenes (vistas a través de pantallas de luz) que afirma que “cuestionan los conceptos de autor, la creación y la obra”. Fontcuberta confiesa que, tras superar el enfado, acabó comprando un terrario para sus ayudantes y que los ha acabado exponiendo junto al resultado de su trabajo donde ha mostrado esta serie. En Can Framis se pueden ver en vídeo en plena acción.

Por primera vez puede verse también Frenografias: atlas visual de la locura, la serie en la que Fontcuberta analiza la imagen de la locura partiendo de las fotografías que el psiquiatra Joan Obiols realizó en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado a sus pacientes, buscando los rasgos comunes de las diferentes patologías. Con la misma tecnología GAN que aplica a las personas que se graban en un orgasmo, generó (también con ayuda de Pilar Rosado) nuevos rostros de personas que no existen. Lo sorprendente es que en estados intermedios los logaritmos generan modelos estéticos que recuerdan a los rostros creados en pinturas por artistas como Edvard Munch, Pablo Picasso, Antonio Saura, Francis Bacon y Oskar Kokshka, entre otros muchos. “La tecnología consigue en poco tiempo lo que la historia del arte ha hecho en muchos años”, acaba el fotógrafo.


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