El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajará a Washington el 12 de mayo invitado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con el que se reunirá en la Casa Blanca, según ha anunciado La Moncloa. Sánchez llevaba meses buscando esta cita, que se consideraba inminente en los círculos del Gobierno, aunque no terminaba de concretarse. Las agendas de las dos administraciones de corte socialdemócrata son similares en muchos puntos, en especial en las políticas para luchar contra el cambio climático, las medidas económicas progresistas y la guerra de Ucrania, en la que ambos respaldan sin fisuras a Volodímir Zelenski. Sánchez ya coincidió con Zelenski la víspera del aniversario de la guerra de Ucrania el pasado febrero, así como con el presidente chino, Xi Jinping, a finales de marzo en Pekín, también bajo el contexto de la contienda en suelo ucranio. La cita con Biden se producirá el primer día de la campaña electoral para las municipales y autonómicas del 28 de mayo.
Sánchez además ha apostado por volcarse en la OTAN y en celebrar el año pasado en Madrid la cumbre de esta organización militar en la que EE UU tiene un peso decisivo. Precisamente con motivo de ese encuentro de alto nivel, Biden visitó la capital española y estuvo en La Moncloa con el presidente español, donde mostraron una clara sintonía política. Después se los ha visto departir en algunos otros encuentros internacionales, en especial en el último G-20 en Indonesia, en una charla que fue muy diferente a la brevísima reunión que habían mantenido en otra cumbre de la OTAN en 2021 y que había provocado las burlas de la oposición. La relación se ha profundizado a lo largo de estas cumbres internacionales, sobre todo después de la visita de Biden a Madrid, pero el viaje oficial a la Casa Blanca no acababa de concretarse, y en La Moncloa insistían en que era inminente y que tendría que hacerse antes de que iniciara el periodo electoral de las generales. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha hecho muchas gestiones desde hace meses para intentar que se concretara esta invitación.
Será la primera visita a la Casa Blanca de un primer ministro socialista desde que José Luis Rodríguez Zapatero acudió en 2009, invitado por Barack Obama, después de las tensiones que generó con George W. Bush su decisión de retirar las tropas españolas de Irak en 2004. Y, sobre todo, la polémica que se generó porque no se levantó al paso de la bandera de EE UU en un desfile del 12 de octubre. Mariano Rajoy estuvo dos veces en sus siete años de Gobierno, una con Obama y otra con Donald Trump. Sánchez mantuvo una relación muy distante con Trump, de quien lo separaba un abismo ideológico, pero desde el primer momento ha buscado la cercanía política con Biden desde que este tomó posesión de su cargo en enero de 2021, en un proceso largo de cortejo que concluye simbólicamente en esta invitación a la Casa Blanca. La visita llegará en pleno inicio de la campaña de las decisivas elecciones autonómicas y locales, preludio de las generales de diciembre. Sánchez ha trabajado mucho su perfil internacional, y confía en usarlo también como un activo político para los votantes.
La visita, según La Moncloa, “permitirá profundizar las ya estrechas relaciones que existen entre España y Estados Unidos, dos países amigos, socios y aliados. Ambos mandatarios reafirmarán su compromiso con el vínculo transatlántico y con el firme apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa”. Los dos líderes abordarán también “el genuino interés de ambas partes en fortalecer su cooperación en América Latina y Caribe, y cómo hacer frente juntos a retos globales como la emergencia climática y la defensa de la democracia y de un orden internacional basado en reglas”.
Además, los mandatarios tratarán las líneas generales de la próxima presidencia del Consejo de la UE, que España asumirá del 1 de julio al 31 de diciembre. En el terreno bilateral, el presidente del Gobierno y el presidente de Estados Unidos repasarán “la cooperación ya existente en numerosas áreas, como corresponde a la densidad y amplitud de las relaciones entre los dos países”. España mantiene un estrecho vínculo con Estados Unidos en múltiples cuestiones. Sánchez se ha aproximado a la posición de Washington en asuntos tan sensibles como la relación con Marruecos, con su reciente giro sobre el Sáhara occidental.
“Esfuerzos como aliados”
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Al inicio de la rueda de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha confirmado la visita del presidente del Gobierno español: “Me complace anunciar que el presidente Biden dará la bienvenida al presidente Pedro Sánchez de España a la Casa Blanca el viernes 12 de mayo para profundizar en los lazos históricos entre Estados Unidos y España”, ha dicho. “Los dos líderes revisarán nuestros esfuerzos como aliados de la OTAN y socios cercanos para fortalecer nuestra relación bilateral de defensa, la seguridad transatlántica y la prosperidad económica. Hablarán de nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania, de nuestros esfuerzos por imponer costes al Kremlin mientras Rusia prosigue su brutal guerra de agresión. Los líderes también se coordinarán en una serie de asuntos mientras España se prepara para asumir la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea en julio, incluidos el cambio climático y la ampliación de la cooperación con América Latina y el Caribe”.
La cita reforzará sin duda el mensaje que busca Sánchez de la cercanía política con un líder de EE UU multilateralista, opuesto por completo a Trump, y que apuesta por políticas progresistas como una subida de salarios y una reindustrialización del país con fondos públicos. Aunque también hay tensiones fuertes porque precisamente esta política de atraer proyectos de economía verde se hace en competencia con Europa y puede suponer la deslocalización de empresas e inversiones de la UE hacia Estados Unidos. Todas estas cuestiones estarán encima de la mesa en una reunión que llega para Sánchez en un momento ideal: a las puertas de las elecciones y con una mejoría clara de los datos económicos.
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