La buena noticia para los Denver Nuggets es que Nikola Jokic ya tiene el visto bueno para unirse al equipo en la burbuja de Orlando; la mala es que debido a la última prueba de coronavirus no llegó a tiempo a pillar el avión que transportó al resto de compañeros al complejo de Disney en Florida.
El pívot serbio se infectó hace unas semanas en su país natal en una serie de positivos de deportistas profesionales que fueron polémicos, ya que todos tuvieron en común el compartir un buen rato sin mascarillas ni distancia social con el tenista Novak Djokovic.
Después de haber dado dos pruebas negativas en Serbia, Jokic pudo regresar a EE.UU. Una vez en Denver tuvo que pasar otras dos pruebas para comprobar el diagnóstico y recibir el OK para viajar a Orlando.
Según el protocolo de la liga, Jokic deberá ahora viajar a Orlando pagando de su propio bolsillo, tanto en vuelo privado como comercial… o en coche, algo improbable ya que de Denver a Orlando hay más de 28 horas de trayecto por carretera.
Los Nuggets no confirmaron quién estaba y quién no en el vuelo hacia Orlando. La semana pasada, la franquicia cerró sus instalaciones de entrenamiento porque dos miembros del equipo que debían estar en la burbuja dieron positivo por la COVID-19.
El hecho de que Jokic no esté ahora mismo con sus compañeros en las habitaciones de hotel del complejo Disney es un pequeño revés en la preparación del equipo entrenado por Michael Malone, que probablemente deberá esperar uno o dos días más antes de poder tenerle junto al resto del equipo sobre una cancha de baloncesto.
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