Los Lakers le pidieron a LeBron que volviera a hacer algo que nunca jamás había hecho en la historia. Que, además, cargara él todo el peso del asunto todo el tiempo. Y al final, también, que defendiera a Nikola Jokic. Y LeBron, que siempre tiene alguna sorpresa reservada con todo lo que lleva detrás, a sus 38 años, fue a conocer su mejor yo de siempre, récord personal de puntos en los playoffs en una primera parte con 31 y 40 al final. Pero Nikola Jokic es demasiado. Habrá primera vez en la historia, pero la de los Denver Nuggets y el divino gigante serbio en una final tras sellar su rapapolvo a los Lakers al son del ‘Joker’ (111-113 y 4-0).
Las defensas y los ajustes le persiguen, pero su inteligencia va más rápido. Tanto, que el castigo mental de intentar adivinar todo lo que hace todo el rato es más extenuante que irse a chocar con él porque puede ser el gigante virtuoso pero también hercúleo si quiere: brega con Anthony Davis antes de sus pasos de bailarín para clavar la daga a los Lakers con el 113-111 a falta de 51 segundos.
Así que 30 puntos -11/24 en tiros de campo y 3/6 en triples-, 14 rebotes y 13 asistencias para entregar otro triple-doble. Ya suena a repetitivo, pero, como sólo hacen los elegidos, fue a escoger el día ideal: supera con 8 a Wilt Chamberlain (7) como jugador con más triples-dobles en unos playoffs. En una de las casas del mito, testimoniándolo el 13 que cuelga del cielo de Los Ángeles.
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