La tensión del momento le pudo jugar una mala pasada -como a cualquier jugador le puede suceder-, pero, ante todo, Nikola Jokic es un caballero.
El serbio, en el centro de la polémica por dar un codazo al dueño de los Suns, Matt Ishbia, en el Game 4, hizo las paces con el empresario en la previa del quinto partido, con triunfo para Denver.
Lo hizo, además, con una divertida ironía, pues el doble MVP es un tipo con gran sentido del humor. Cuando acabó su calentamiento, Jokic le lanzó el balón a Ishbia, que aceptó la broma de buen grado y se dio un abrazo con el pívot.
“Esperaba que pagara mi multa, pero no”, bromeó Nikola Jokic en conversación con TNT, refiriéndose a la sanción de 25.000 dólares que recibió por golpear a un fan. Pero, al final, tan amigos.