Nikola Jokic custodia con una elegancia y un recelo conmovedores su MVP, dosificando sus distintos talentos según convenga, ahora más puntos y menos asistencias, ahora más rebotes y menos pases de canasta. A veces, lo hace todo a la vez en generosas cantidades como plasmó sobre la cancha en la imponente victoria de sus Denver Nuggets contra los Boston Celtics (123-111), un triple-doble de 30 puntos, 12 rebotes y 12 asistencias.
Le convenía por la entidad del rival, nada menos que el líder del Este, porque, no menos importante, se encontraba con ese muchacho que quiere arrebatarle su valiosa posesión individual en el año que empieza: Jayson Tatum. Le aleccionó con la inestimable colaboración de compañeros, más reducido de la habitual el alero, 25 tantos (7/16 en lanzamientos con un 0/4 en triples), 7 rebotes, 6 asistencias y el peor más-menos de su equipo con un -15.
Tatum, intactas por supuesto sus opciones de MVP -promedia 31 tantos-, da la sensación a veces que le queda dar ese poquito más en ocasiones como esta después de quedarse corto también contra Warriors (18 puntos) o Clippers (20). Pudo contemplar en directo el absoluto recital de eficacia de Jokic y ese saber qué hacer en cada momento, en la selección de tiro con un 10/13 en lanzamientos frente al 7/15 del astro de Boston y en triples con un 2/2 ante el 0/4 de Tatum. También en la dirección, 12 asistencias y ninguna pérdida por los 6 pases de canasta y 5 balones perdidos de Jayson.
Jaylen Brown anotó más con 30 puntos (12/20 en tiros y 4/8 en triples), 8 rebotes y 3 asistencias pero no les alcanzó a unos Celtics en los que sólo Derrick White, con 13 tantos, sumó dobles dígitos entre los demás. Los ‘Jays’ se vieron más limitados ante Aaron Gordon, el que un día deja el posible mate del año y otro una defensa de manual sobre las estrellas sin descuidarse de los machaques al aro. “Son dos jugadores que nunca puedes dejar que se sientan cómodos, tienes que forzarles tiros difíciles”, decía al final del encuentro Gordon, 18 puntos para complementar su ‘asistencia’ a Jokic, sin Jamal Murray pero también ayudado por los 21 de Bruce Brown o los 19 de Michael Porter Jr.
Para mates de aro, el de Robert Williams III, que presentó una ‘creación’ que puede eclipsar la obra de arte navideña de Aaron Gordon contra los Suns. El pívot de los Celtics, un ‘berzotas’ de libro, sacudió la canasta de tal manera que la desniveló, lo que obligó a parar el partido unos 30 minutos en el último cuarto para ser reparada, con 110-97 para los Nuggets a falta de 6:43. Tanta ‘fuerza bruta’ como finura en la precisión, anotando el ‘center’ sus 4 tiros de campo (8 puntos).
Pero, para fuerza, la de Jokic. La de su cuerpo pero también la de su mente, siempre viendo todo antes que todos, sirviendo el pase en el instante en el que sus oponentes le colocan defensas doblas, castigando con su astucia la más mínima duda en la defensa del pick and roll. Por mucho Doncic y mucho Tatum que se diga, él no está dispuesto a soltar el MVP. Está legitimado para retenerlo.
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