Ícono del sitio La Neta Neta

Jordi Fernández hace historia para el basket español en la NBA

Jordi Fernández hace historia para el basket español en la NBA

Tensa calma en Toronto hasta que un silbido desata algo como un aullido en el banquillo de los Sacramento Kings, enfurecido su jefe. Mike Brown, entrenador cerebral pero pasional defensor de su equipo y sus jugadores, irrumpe lleno de ira en la pista a recriminar una falta y una técnica a De’Aaron Fox. El árbitro no se lo consiente y lo manda a vestuarios. Jordi Fernández (Badalona, 27-12-1982), el estoico de la escena, calma a su maestro, mentor y valedor, el que un día, allá por 2009 y cuando apenas tenía 27 años, le reclutó para trabajar en los Cavaliers.

El primer entrenador de Sacramento abandona el área técnica. Fernández, que tranquiliza a Brown, se queda a cargo de los Kings. Abandona su asiento, y erguido, con calma pero con firmeza, se sostiene de pie en el área técnica. Tan callado, interrumpe un silencio hasta hoy nunca rasgado: es el primer entrenador nacido en España que dirige un partido en la NBA. En la misma ciudad, qué cosas, en la que Sergio Scariolo, con nacionalidad española pero nacido en Italia, sustituyó a Nick Nurse hace dos años por Covid-19 del técnico de los Raptors. Kenny Atkinson, estadounidense, es el otro entrenador con pasaporte español que ha ejercido de primer técnico en la mejor liga del mundo en su etapa en los Brooklyn Nets (2016-2020). 

“Jordi es jodidamente fantástico”


Mike BrownEntrenador delos Sacramento Kings

Jordi ha sido pionero por accidente pero, en realidad, por persistente, tres años pagándose viajes en verano a Estados Unidos de su bolsillo para participar en las actividades de la academia de desarrollo de jugadores Impact Basketball hasta que Mike Brown, que algo especial vio en él, le dijo en 2009 de empezar a trabajar en el desarrollo de jugadores en los Cleveland Cavaliers. Ahí empezó todo: siete años en los Cavs hasta 2016 coincidiendo con LeBron e Irving y ejerciendo también de primer técnico en el filial de la G-League -los Canton Charge-, y luego 6 como ayudante de Mike Malone en los Nuggets instruyendo a Nikola Jokic e ilustrándose del dos veces MVP hasta que Brown le ha requerido este año como su principal asistente para devolver la ilusión a Sacramento, récord de temporadas sin comparecer en play-offs en la NBA con 16 años pero sextos ahora en el Oeste (15-12). 

Se levanta él en el banquillo y se levantan los Kings, leones en la guarida de los Raptors, absolutamente encendidos por lo sucedido con Brown para, inspirados por Jordi, plasmar esa energía en el 123-124 final tras el 77-69 de mediados del cuarto. Hay un intenso desfile de emociones en las entrañas del Scotiabank Arena. Chillidos en el vestuario de Sacramento. Le espera una buena: baño de champán, fiesta de luces en el vestuario y gritos por doquier. Ahora sí, toca desatarse. 

“El coach estaba fuera pero habéis respondido”, advierte Jordi. Y un poco de broma para acabar. “Defendimos en el último cuarto para ganar. “¿Dónde está el jugador defensivo del partido? (refiriéndose a Harrison Barnes). ¡Siakam, 37% en tiros!”.

“Jordi es un pesado”


Domantas SabonisJugador de los Sacramento Kings

Sale al pasillo, y en la intimidad, fuera del jaleo del vestuario, Brown le estampa un beso en la frente. “Jordi es jodidamente fantástico”, grita Brown, asombrado con su asesor preferido aun con todo lo que ha vivido y celebrado, cuatro veces campeón de la NBA entre Spurs (2003) y Warriors (2017, 2018 y 2022) como asistente.

“Jordi es un pesado”, suelta a carcajadas Domantas Sabonis, bien conservado su acento andaluz de su época en Unicaja, presentándose en la sala de prensa con su toalla en la cintura, como vestido todavía de danza para luego seguir con la fiesta. Pero la realidad es que Jordi le conmueve. “Hace un trabajo muy duro en defensa, siempre está diciéndonos dónde tenemos que estar y nos ayuda y así es como ganamos partidos”, subraya el lituano, 21 puntos, 20 rebotes y 7 asistencias en Toronto.

Y sigue el momento de Jordi. Ahora le toca hablar ante los medios. “¡Me habéis dado suerte!”, bromea con los periodistas españoles presentes Jordi antes de comparecer en rueda de prensa. Le brilla la mirada pero contiene la emoción. No dice lo de la suerte por él sino por el equipo. No habla en su nombre, sino en el del equipo. “Sí, personalmente estoy orgulloso, pero para mí lo más importante es haber dado la victoria a Mike y al equipo, cuando expulsan al entrenador lo mejor es juntarnos y ganar por él como han hecho. Todos los jugadores y los entrenadores me han ayudado. Han sido los jugadores los que han cambiado el partido, yo sólo les he transmitido calma y les he indicado dónde tenían que estar y cómo jugar”, explica el técnico de Badalona.

“Es excepcional haber tenido la oportunidad de aprender aquí (Estados Unidos). He tenido la ilusión por hacerlo y he dado pasos adelante. Estaré agradecido a Mike toda mi vida y le agradezco la confianza que me ha dado este año como asistente principal, se lo debo. En momentos así es cuando tengo que responderle y hacer lo máximo para hacerle la vida más fácil y que los chicos compitan. Espero que haya más momentos así, aunque no porque le echen”, termina el técnico, paradigma de la fuente de conocimiento y pasión que surge y sigue surgiendo de su Badalona natal con el Joventut como mayor altavoz y tesoro y donde se forjó, como no podía ser de otra manera, Jordi. 

Estrecha la mano a los periodistas españoles allí presentes con ese brillo en su mirada, ávida de seguir transmitiendo pero también aprendiendo. Igual se da ahora un capricho y se pone a ver un partido de la ACB o la Euroliga como le gusta hacer en sus ratos libres, porque la única manera con la que se puede seguir llenando es con baloncesto, aquel por el que lo dejó todo para irse a América y triunfar. Acaba de ser el primer entrenador de España en dirigir un partido en la NBA pero se contiene. La mejor alegría es la que va por dentro.




Source link

Salir de la versión móvil